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Copa de la UEFA | Dieciseisavos de final | Zenit 1 - Villarreal 0

Mucho frío y poco gol

El Villarreal no tuvo opciones en el frío de San Petersburgo y vuelve a casa con una desventaja mínima. El gol de Pogrebnyak llegó tras una sucesión de fallos clamorosos de los amarillos. Diego López falló en el gol, pero salvó a su equipo de llevarse más de un tanto. La delantera del 'Submarino', dormida.

Pablo Hernández
Actualizado a
<b>DERROTA.</b> Un tanto de Pogrebnyak dio la victoria al Zenit ante un Villarreal que lo intentó pero que no pudo con la defensa amarilla.
DERROTA. Un tanto de Pogrebnyak dio la victoria al Zenit ante un Villarreal que lo intentó pero que no pudo con la defensa amarilla.AP

Salió el Villarreal al Petrovskii dispuesto a tocar el balón, sabiendo que transformar el campo en un rondo enorme era la mejor opción para desmontar al Zenit, un equipo disciplinado pero poco dotado técnicamente, que vive bajo el bastón de mando del trotamundos holandés Dick Advocaat.

Sin embargo, los de Pellegrini se encontraron con un campo helado y duro, con escasas zonas de césped decente, y sobre todo con un Zenit muy peleón y mucho más acostumbrado a jugar en esas condiciones. Por eso les costó horrores llegar a la portería rusa, no solo en la primera mitad sino durante todo el encuentro.

Mientras, el Zenit se dedico a presionar sin descanso la línea de creación del Villarreal, es decir, Cani y Cazorla, que no entraron en contacto con el balón y por lo tanto no fueron capaces de ofrecer balones con veneno a Nihat y Guille Franco, una pareja muy poco acostumbrada a formar conjuntamente en la delantera amarilla.

Los rusos se dedicaban a hacer su juego y los españoles solo podían intentarlo, con lo que la ventaja era clara para los locales, pese a que no se vieron ocasiones claras durante los primeros 45 minutos. Por parte del Villarreal, la única oportunidad clara la tuvo en sus botas Nihat Kahveçi, pero estaba demasiado escorado y no pudo superar a Malafeev con una vaselina.

Diego López, muy fino

El más destacado de los castellonenses fue su portero, Diego López, lo que da una idea de cómo se desarrolló el encuentro. El portero gallego salvó a su equipo de irse con algún gol al descanso, sobre todo al vencer en un mano a mano con Denisov y al rechazar un potente disparo de Dong Jin a menos de dos metros de la portería.

La segunda mitad no cambió el panorama, porque el Villarreal seguía apostando por encontrar los huecos a base de marear a los rusos, tarea casi imposible en la noche de hoy. El Zenit tampoco cambió de idea, y siguió peleando en el mediocampo y siendo un auténtico muro en defensa.

Corrían los mejores minutos del Villarreal en el campo cuando se sucedieron una serie de despistes que acabarían con el balón en la red amarilla. Primero, el centro del campo no se decidió a disputar el balón con los centrocampistas rusos, que avanzaron hasta campo español como Pedro por su casa; justo después, nadie se enteró del pase al único hueco que nunca puede dejar una defensa: entre los dos centrales. Para rizar el rizo apareció Diego López, que no acertó a despejar un balón que venía manso a sus pies. Resultado: Pogrebnyak solo tuvo que empujar el balón para hacer subir el 1-0.

Un Villarreal impotente

La media hora de encuentro que restaba retomó el guión y las sensaciones de los primeros 60 minutos. El Villarreal, un quiero y no puedo; el Zenit, como pez en el agua. Los castellonenses realizaron un ejercicio de impotencia durante lo que restaba de partido, y no fueron capaces de poner en aprietos a Malafeev.

Pellegrini y los suyos salieron del Petrovskii mucho más fríos de lo que entraron, y volverán a Villarreal con la temperatura bajo cero, porque un 1-0 siempre es difícil de remontar en Europa. Para pensar en positivo, queda creer en un Madrigal que tendrá un césped propio de competiciones europeas y una afición que ahora más que nunca tendrá que apoyar a su equipo para una remontada que será difícil pero en ningún modo imposible.