Aquí, en Montjuïc digo, pasa algo raro. Últimamente, el visitante no sólo gana sino que parece el Bayern Múnich de su mejor época. Para, templa y manda que es una locura. Pasó con el Betis y ayer con el Recre, bestia negra de los pericos esta temporada, pues le ha ganado los dos partidos. Es raro porque a la jornada siguiente, el visitante guay se desploma: recuerden el Betis, 0 - Deportivo, 1. No sé qué pasará con el Decano el domingo, pero que le quiten lo bailao. Cambio de entrenador, visita con el agua al cuello y tres puntazos indiscutibles. La primera parte acabó con el 1-2 que fue definitivo, pero pudo hacerlo 1-4, 1-5, ¡qué sé yo! El baile que le dio al Espanyol fue de época. Sinama hizo los dos goles, perdió dos mano a mano ante Casilla y mandó un tiro al palo. Mala suerte que repitió Aitor tras el gol de Ewerthon, su primero como españolista, que al final valió sólo para salvar el honor.
El Espanyol vivió una tarde negra. Por golpes tremendos en la cabeza perdió primero a Jonathan y luego a Moisés. Un indicativo de lo que fue su partido: jamás tuvo la cabeza clara para manejarlo. Su centro del campo fue siempre a remolque del buen hacer recreativista. Aitor, Camuñas, Varela, Vázquez, las excelentes incursiones de Poli, fueron demasiado para el ejército creativo local que hubiese necesitado más cosas de De la Peña, Rufete, Riera y Luis García, los encargados de dar la réplica en esa zona vital del terreno de juego. A la media hora, el Recre había rematado cinco veces a puerta por ninguna el anfitrión. Que pareció reengancharse cuando Ewerthon acortó distancias, camino del descanso.
De vuelta reapareció Jarque en el equipo, ausente por lesión desde un accidente doméstico en Nochebuena. Mejoró el Espanyol porque no tenía más remedio: seguir peor era imposible. Riera tuvo el 2-2, pero chutó sobre la salida a Sorrentino. Más tarde mandó el mismo Riera la pelota al larguero y Cáceres salvó in extremis el remate de Rufete al que le cayó la bola como del cielo. Una falta de Luis García se perdió fuera por poco. Camuñas pidió penalti en una acción con Jarque, pero no demasiado. Al Recre se le pasó al susto y volvió a mandar en el partido, convencido de que si en esas tres acciones claras no se le habían ido dos puntos, es que ya no se le escaparían.
Y así fue.
Que acabaron ganando los andaluces y su suspiro de alegría se oyó en toda su provincia: con los resultados de ayer, una derrota hubiese resultado malísima. El Espanyol sale de la Champions, superado por el Atlético. Cuatro derrotas (Almería, Valladolid, Betis y ayer) por una sola victoria (en Getafe) en las semanas últimas indican que ha perdido solvencia. Y a Tamudo. Y Kameni. En fin...
