Menudo partido. Athletic y Levante se vuelven a ver las caras otra vez en una situación límite. En junio, el que se la jugaba era el Athletic, que necesitaba ganar para seguir en Primera. Ahora, con más Liga por delante que en aquella ocasión (era el último partido del torneo) los rojiblancos están obligados a ganar para no condenar su temporada al sufrimiento infi nito. El Levante, por su parte, llega tocado. En lo deportivo y en lo anímico: están atados al farolillo rojo de la clasifi cación desde hace tiempo y, encima, los jugadores tienen problemas para llegar a fi nal de mes porque no les pagan. Sangrante.
Los rojiblancos, que han penado por el mes de enero y lo que se antojaba como el tiempo de la resurrección no ha servido nada más que para aumentar las dudas, están haciendo de funambulistas en la pista del Price. Y sin red, porque la que tenían se ha deshilachado después de dos temporadas de tortura. La paciencia de la grada tiene un límite y los acontecientos disciplinarios que han rodeado la semana no han hecho más que estrechar el margen.
Por eso la victoria es ineludible. El Athletic no puede permitirse un sopapo del colista. Y eso que a los que cierran la tabla se les tiene mucho respeto por aquí. Si no que le pregunten al Nàstic, que parecía que venía de turismo y se llevó tres puntos pese a jugar el fi nal de partido con un futbolista menos.
Ya no es cuestión de calidad futbolística ni de sistema. La historia va más allá. Lo de esta tarde tiene que ver con el orgullo y las ganas de superación. Hay que poner tierra de por medio con la ansiedad y el precipicio. Salir con mala cara de San Mamés sería descarnado. Y claro, tendría sus consecuencias. Por de pronto, dejaría al Athletic al capricho de otros resultados para ocupar puestos de descenso. Y le dejaría desnudo ante su gente, que en todo lo que va de temporada sólo ha podido disfrutar de dos míseras victorias ante Recreativo y Sevilla. Poco rédito para algo bueno.
Tendencias. El Athletic, al que las sanciones del Comité de Competición -que no las otras- han privado de tres jugadores (Aitor Ocio, Susaeta y Koikili) está necesitado de un volantazo para corregir su errática trayectoria: dos derrotas consecutivas a domicilio y un empate contra el Barcelona. Lo tendrá que hacer ante un Levante que se resiste a que le den la puntilla. Sólo hace falta ver sus últimos tres resultados. ¡No pierde ni a tiros!. Empató en su estadio con Racing y Mallorca y ganó al Murcia (2- 3). Todo un aviso.
