"Si luchamos, podemos perder; si no lo hacemos, estamos perdidos"

Primera | Real Madrid

"Si luchamos, podemos perder; si no lo hacemos, estamos perdidos"

El cartel se estrenó en el partido contra el Villarreal y ya hay quien asegura que inspiró el triunfo. Según el presidente, resume el espíritu del club: ser humilde y no rendirse jamás. Schuster vio con agrado la idea y ahora se quiere inscribir el texto en un rótulo más solemne.

Ramón Calderón leyó la frase en Playa Blanca, Lanzarote, cuando asistía al torneo internacional de Fútbol 7 que organiza José Ramón de la Morena. Estaba escrita en un cartel de protesta y sirve de reclamo para un vecino que se niega a ser expropiado. Sin interrumpir su paseo, Calderón llamó de inmediato a Miguel Ángel Arroyo, director general de la presidencia, para que también memorizara la cita.

El asunto no se quedó ahí. El presidente no pudo quitarse la frase de la cabeza y concluyó que resumía el espíritu del Real Madrid: ser humilde y no rendirse jamás. De modo que sugirió que un cartel con esa leyenda fuera colgado en el vestuario del primer equipo. Schuster no despreció la idea y tenía buenas razones: mientras entrenaba al Getafe, y en vísperas de recibir al Barcelona en semifinales de la Copa (4-1, en el Camp Nou), el vestuario se forró con mensajes de ánimo de los aficionados. Y el equipo remontó (3-0).

La pancarta, de tres metros por dos, estuvo lista el pasado fin de semana y se colocó sobre la puerta del vestuario, de manera que cada jugador podía leerla al dirigirse al campo. Y surtió efecto. O al menos no ejerció una influencia negativa. El Madrid, que llegó al descanso con empate a un gol, superó después, en un partido trepidante, a un gran Villarreal.

De no haber ganado, la superstición de los futbolistas hubiera fulminado el cartel. Pero la victoria despertó el interés de muchos, entre ellos de Raúl. Otros, caso de Gago, se mostraron reticentes porque se incluía una palabra maldita: perder. Sin embargo, para Calderón esa era la clave: negar la inmortalidad, la prepotencia, aceptar la posibilidad de la derrota, pero luchar contra ella. El verbo perder, por cierto, también se conjuga en el himno del Madrid: "...cuando pierden dan la mano".

Superada la primera prueba, el club quiere inscribir la frase en un rótulo más solemne que presida la salida al campo de los jugadores. La intención es que la cita se convierta en un referente, aunque costará reconocer su autoría porque el origen no es claro. Hay quien afirma que estaba pintada en una pared de Barcelona durante la Guerra Civil y otros se la atribuyen al presidente chileno Salvador Allende. En cualquier caso, la inspiración es indudablemente revolucionaria.

Mito.

El tiempo dirá si cuaja la idea. Nadie hubiera pensado en 1964 que una vieja canción de un musical de 1945, Carrusel, se convertiría en lema del Liverpool: "You'll never walk alone". Aficionados a cantar los éxitos del momento, los espectadores de Anfield mostraron pronto su preferencia por la adaptación de Gerry and the Pacemakers, número uno en las listas de la época. Hoy el título de la canción corona las Shankly Gates, las puertas levantadas en 1982 en honor de Bill Shankly, al tiempo que adorna el escudo oficial.

Old Trafford es otro club con cita: "El teatro de los sueños". La definición pertenece al mítico Bobby Charlton y preside, imperial, uno de los fondos del estadio del Manchester United: "Welcome to Old Trafford. The theatre of dreams".

Otro recinto mítico, la pista central de Wimbledon, incorpora en el pasillo de acceso otra frase legendaria, un extracto del poema Si, de Rudyard Kipling: "Si puedes encontrarte con el triunfo y la derrota y tratar a los dos impostores de igual forma...".

Tal vez el Bernabéu también haya descubierto su frase y su lectura preceda el cumplimiento de un viejo rito: antes de salir al campo, los madridistas tocan las rodillas de la estatua de Aranguren y Machimbarrena, inaugurada en 1925 y sufragada por suscripción popular (14.000 pesetas) para rendir homenaje a dos jugadores que fallecieron prematuramente.