El Valencia, primer semifinalista

Copa del Rey | Cuartos de final | Atlético 3 - Valencia 2

El Valencia, primer semifinalista

El Valencia, primer semifinalista

CRISTO MARTÍN

Mal encuentro el visto en el Calderón. El Valencia, que remontó un 2-0, fue justo vencedor de la eliminatoria.

El encuentro fue un claro ejemplo del mal momento que viven ambos equipos. En 27 minutos ya se habían anotado tres goles. Engañoso, ya que sólo uno de ellos se produjo con la voluntariedad de su autor. Primero a Miguel, y luego a Cléber, les entró la vena goleadora en el momento menos indicado, cuando las redes que tenían delante eran las equivocadas. Entre medias había hecho el segundo el Atlético, una obra de arte del 'Kun', que partido a partido demuestra que tener la confianza que le faltaba el año pasado. El argentino contó con la colaboración de su mejor socio, Diego Forlán, y de la defensa del Valencia, todo sea dicho. En cualquier caso, Agüero definió con un trallazo imparable para Hildebrand, y con la zurda. Todo un fenómeno.

Con el 2-0 el Calderón comenzó a relajarse. Al fin y al cabo el que estaba en frente era Valencia. Nadie daba un duro por una remontada. Durante los minutos anteriores, aún con un tanto de ventaja en el marcador, el público colchonero había silbado en varias ocasiones a su equipo. Tras tres derrotas consecutivas no se le iba a pasar ni una más a los de Aguirre, y la gente llegaba a su asiento predispuesta al abucheo. Especial calvario sufrió Reyes. Nadie creía en el despertar valencianista? y apareció Cléber. No sólo por el gol, una jugada casual y llena de mala fortuna, sino por otro mediocre encuentro, el mediocentro se va ganando día a día un sitio en la larga lista de organizadores que han pasado sin pena ni gloria por este equipo.

Pero no todas las críticas van a ser para el mismo. El centro del campo del Atlético fue un completo desastre. Luis García no daba una a derechas, alguien debería decirle que existe algo llamado 'primer toque'. Reyes se mantiene en su línea, es una lástima ver en lo que se está convirtiendo, y la mayor decepción fue Maxi, completamente desaparecido. Sólo la pareja de siempre, los de arriba sostenían al Atlético.

El Valencia, que no está para tirar cohetes, no es que estuviera barriendo a su rival, pero al menos por juego y determinación, no merecía ir por detrás en el marcador. Por una vez, y sin que sirva de precedente, el fútbol fue justo y no dejó que ninguno de los dos se fuera con ventaja al descanso. Mata, otro de los que Koeman únicamente utiliza cuando no le queda más remedio, empató el encuentro con un zurdazo que se coló por el palo defendido por Falcón. El pase, por cierto, fue de Banega, que si bien hasta el momento había estado más bien impreciso en todas las facetas ofensivas, la asistencia le dio confianza y en adelante mostró sus dotes de organizador y su visión de juego.

Pasó el menos malo

El Atlético salía del túnel de vestuarios con la necesidad de anotar dos tantos. Aguirre puso una defensa de tres hombres. Tras las críticas recibidas en las últimas fechas lo último que quería el mexicano era que le acusaran de no haberlo intentado todo. Los riesgos de una zaga mínima comenzaron a notarse pronto, en una ocasión de Villa, que disparó después de llevarse el balón entre varios atléticos, aunque el balón fue desviado por Falcón.

Sobre la teoría, la superioridad numérica en el centro debía darle mayor posesión al Atlético, y el peligro llegaría en las contras, pero no. El balón siguió perteneciendo al cuadro de Koeman. Las fuerzas menguaban con rapidez y se acercaba el primer cuarto de hora. El Atlético necesitaba un tanto desesperadamente. Por lo general el Valencia aguantaba bien las acometidas, pero esporádicamente, cuando Forlán y Agüero entraban en contacto con el balón, la inseguridad se adueñaba de la defensa valencianista. El uruguayo estuvo a punto de lograr el tercero en un disparo que se estrelló en el poste, y finalmente el gol llegó a la salida de un córner botado por Luis García y rematado por Valera, que se lesionaría poco después.

Ya faltaba menos. La esperanza volvía al Manzanares. El Valencia logró manejar el encuentro conforme a sus intereses durante unos minutos. La tuvo, la movió, la escondió del rival y lanzó estocadas cuando llegaba el momento, aunque sin fortuna, y no sería por que la defensa del Atlético no pusiera de su parte (ya saben, los surrealistas errores de siempre). No fue hasta la recta final cuando los locales se volcaron al ataque, pro no hubo manera.

El Atlético cayó, con las botas puestas, pero cayó, y además merecidamente si se examina el global de la eliminatoria. Una derrota que en cierto modo, y a pesar de la ilusión del club en conquistar esta copa, puede venir muy bien a una plantilla que ah demostrado no ser ni tan larga ni tan completa como parecía al principio de temporada. Koeman por su parte consigue cierto crédito con el pase a semifinales. Mientras el equipo siga vivo en la Copa habrá una posibilidad de disimular la terrible temporada que está completando el equipo desde la marcha de Quique.