El efecto Bernabéu mide la altura del Villarreal

Schuster estaba ayer de mejor humor. Hasta hizo un chiste sin quererlo. Dijo que el problema de Sneijder (cervicalgia) es que no puede girar la cabeza 360 grados, facultad que le igualaría a la chica del exorcista. Ante la algarabía general, el entrenador fijó la graduación en 180º y continuó la conferencia de prensa sin castigar a nadie.

En el mismo tono conciliador, el técnico se refirió a la famosa fiesta de cumpleaños de Robinho y sólo lamentó no haber probado la tarta, que era de merengue. Ni siquiera se molestó al ser preguntado por el árbitro, que es catalán y viejo conocido.

En el fondo y en la forma, Schuster representaba en la víspera del partido el estado de optimismo que vive el equipo, que sale a pasear con los diplomas colgados y las joyas lustrosas: líder, 50 puntos, 16 victorias en Liga, siete triunfos consecutivos... Y así.

El Villarreal sabe a lo que se enfrenta porque esa estadística prodigiosa también se ha escrito sobre su espalda. El pasado 2 de septiembre, el Madrid ganó 0-5 en El Madrigal y alcanzó un liderato que no ha abandonado.

De aquella tarde del final del verano, al líder le queda todo menos Drenthe y Metzelder; con el tiempo supimos que uno no era lateral izquierdo y que el otro no era hierro forjado. El Villarreal, por su parte, incluirá cinco novedades con respecto a ese partido: Diego López, Godín, Bruno, Cani y Nihat.

Visto con cierta perspectiva, no es raro que el Villarreal se repusiera con facilidad del golpe ni sorprenden ahora los cambios, porque el equipo ha desarrollado la maravillosa facultad de reinventarse a cada trecho. Y eso permite que se sobreponga a cualquier ausencia, de Forlán a Riquelme pasando por Gonzalo o Matigol.

La consecuencia es que en el Villarreal siempre hay alguien que se va y alguien que viene, como si cambiar fuera la única forma de mantener siempre igual el espíritu (y el presupuesto), de lo que ya advirtió El Gatopardo.

Protagonista. Esta vez el regreso más sonado lo protagoniza Nihat, al que una lesión ocultó durante la pasada temporada (sólo nueve partidos). El turco, que todavía tiene 28 años (quién lo diría), es el máximo goleador del equipo, con once tantos, seis a domicilio y uno de falta directa. Junto a él, el italiano Rossi (20 años y ocho dianas) se ha convertido en la revelación, acompañados ambos del ingenio incombustible de Pires, que hubiera sido la apuesta de Lorenzo Sanz para la banda derecha de haber ganado las elecciones de 2000. A cambio, vino Figo.

En el Madrid, Schuster apostará por el mismo equipo que derrotó al Atlético de Madrid con la única duda de Sneijder o Baptista, que se resolverá en función de lo engrasado que tenga el cuello el centrocampista holandés.

Por lo demás, regresan a una convocatoria Robben y Metzelder, que son jugadores que ofrecen más dudas que su resistencia física (sobre esto ya no hay duda: es escasa). Continúan en la enfermería Pepe, Heinze y Saviola.

Fortín. Al Bernabéu habrá que empezar a considerarlo como un jugador más, o como un ejército. El Real Madrid acumula 16 victorias consecutivas allí, una racha que sólo mejoró en 1992, cuando consiguió alcanzar las 18.

Si el escenario no fuera un estímulo suficiente, la promesa de buen fútbol se sostiene en el talento y en los números. El Madrid es el mejor artillero del campeonato (43) y el Villarreal es el equipo que más goles propicia: 67 (37 a favor y 30 en contra). Se trata, además, de los dos únicos equipos sin empates a cero.

El partido es de Champions si atendemos a la clasificación de ambos equipos, primero y tercero (a doce puntos del liderato). Y resulta de campanillas si pensamos en la categoría de los equipos. Recuerdo que el Villarreal bailó al Valencia en la pasada jornada de Liga y el pasado jueves plantó cara a un gran Barcelona.

Es un partido importante para el campeonato. Si el Madrid no sufre hoy no se me ocurre cuándo lo hará.