Como todo chico argentino se crió con un balón en los pies en el potrero. Ever Maximiliano David Banega (Rosario, 29 de junio de 1988) no es una excepción y con tan sólo cuatro añitos ya jugaba de delantero en el Nuevo Horizonte, a las órdenes de su padre Daniel. El salto a la cancha grande no se hizo esperar y lo dio en Oriental donde militó seis años. Antes de su gran decisión tuvo tiempo para foguearse aún un año en Alianza Sport, la cuna futbolística del Tolo Gallego y el Chelito Delgado. Así llegaría 2004, 'su' año, el del salto definitivo. Incorporó el chip de la ambición y dio los pasos vertiginosos y necesarios para irrumpir con majestuosidad en el gran mundo del fútbol. Cargó la mochila y marchó hacia Buenos Aires para probar en Boca y en River con la fortuna de poderse quedar... en los dos. Eligió Boca por una cuestión sentimental y así, el pasado verano y con sólo 31 días de diferencia, levantó la Copa Libertadores y la Copa de campeón del Mundo Sub-20. Ahora llega a Europa...