La capital balear se le sigue dando bien al conjunto rojiblanco, ya que no pierde desde hace cinco temporadas. El Athletic fue mejor en los primeros minutos impulsado por la técnica exquisita de Fran Yeste y la habilidad de un incombustible Joseba Etxberría.

El veterano extremo de Eigobar, precisamente, pudo marcar (min. 2), pero su remate dentro del área lo desvió el camerunés Pierre Webó, que ayudaba a sus compañeros de la defensa.

A partir del minuto 15, el Mallorca se sacudió el dominio visitante y suyo fue el partido hasta la expulsión del portugués (min. 32). Fernando Varela estrelló un cabezazo en el palo (min. 20) y Guillerno Pereyra estuvo a punto de marcar (min. 26), aunque lo impidió Etxeberría.

La expulsión de Nunes cambió totalmente las coordenadas del encuentro. El defensa luso, al parecer, insultó al árbitro o a su ayudante, circunstancia que se saldó con la tarjeta roja directa ante las protestas de los jugadores, del banquillo y de las gradas.

Récord negativo

Era la octava expulsión de un jugador del Mallorca en dieciséis jornadas de Liga, todo un récord negativo que reavivó los fantasmas de una supuesta persecución arbitral a los "rojillos". Esa impresión cobró más fuerza cuando Amorebieta sujetó en el área a Daniel Güiza (min. 49), jugada que el colegiado pasó por alto.

Justo cuando Pérez Rubinos señalaba el final de la primera parte, se enzarzaron en un amago de pelea Guillermo Pereyra y Güiza, un detalle que no pasó desapercibido para los aficionados. El internacional español sería sustituido en el minuto 58 de la segunda parte.

El Athletic, con Del Horno y Susaeta en el campo, no aprovechó su superioridad numérica y pasó por muchos apuros, como en el minuto 54, cuando Güiza estrelló un remate a quemarropa en el cuerpo de Aranzubía.

Al conjunto de Joaquín Caparrós le faltó tener fe en sus posibilidades y nunca se creyó que jugaba con uno más. Tampoco estuvo acertado en las ocasiones, como la que falló a boca de gol Etxeberría (min. 84), que se encontró con una mano milagrosa del meta argentino Germán Lux.

Milagroso fue también el pie que se interpuso al disparo del griego Angelos Basinas en la última jugada del encuentro, cuando el Mallorca jugaba con nueve, ya que Pierre Webó se lesionó y estaba siendo atendido fuera del rectángulo de juego.

Al final, el marcador no se movió entre un Mallorca que suplió con garra y entereza su inferioridad numérica, y un Athletic que no supo manejar el partido con un hombre más.