"Si yo he tenido alguna suerte en la vida ha sido rodearme de grandes colaboradores y haber sabido delegar en ellos". Con esa frase concluyó Ramón Calderón su discurso, en lo que Pedro Ferrándiz bautizó como "La Declaración de Alcobendas". La intervención del presidente correspondía al galardón recibido, el Quijote de Plata, la máxima distinción que otorga la Fundación Ferrándiz. El premio reconoce su gestión en favor del baloncesto, "que se ha librado", según palabras del anfitrión, "de la espada de Damocles que tantas veces ha amenazado a la sección".

En su introducción, Pedro Ferrándiz, genio afilado, imitó el acento porteño para señalar que "ya nadie dirá que hay que hacer un esfuerzo por reforzar el equipo de baloncesto", en alusión a pasadas directivas, "que tuvieron pensamientos homicidas con la sección". "Ahora en Valdebebas compartirán gloria los que juegan con los pies y los que lo hacen con las manos".

A continuación, Calderón desarrolló un discurso de agradecimiento que tenía el apoyo de una hoja con cuatro notas. "La importancia de un premio se mide por las personas que lo han recibido. Pero lo atractivo de este galardón es lo que representa en el mundo el personaje que le da nombre, Don Quijote. Quien dice algo a lo que no se estaba obligado, quien señala las verdades sin temer las consecuencias".

"No obstante, lo más importante ha sido recibir este premio de manos de Pedro Ferrándiz. Él consiguió que me aficionara al baloncesto. Recuerdo su arrojo. Un palmarés que jamás se ha superado y que será difícil que lo supere alguien. Un hombre que guarda más memoria de las derrotas que de las victorias, porque ganaba casi siempre. Somos grandes por personas tan grandes como él".

"Si el premio y el anfitrión son importantes, también lo es este lugar: la obra de un loco enamorado del baloncesto. Lo que nos rodea es un templo, un museo y un segundo motivo de orgullo. Gracias, Pedro, por ser quien has sido".

"Según el guión típico también debería decir que el premio es inmerecido, y es verdad que está incompleto. Lo recibo yo por el puesto que ocupo, pero faltan los miembros de la Junta, a los que agradezco su honradez, lealtad, fidelidad y capacidad. El premio también corresponde a los 290 empleados del club. Hay muchos que no salen y son tanto o más importantes que los otros".

Acoso. "Y también debo dar gracias a mi familia, a la que siempre he intentado inculcar la importancia de la libertad de expresión. Creo sinceramente que las críticas son necesarias. De hecho, me he pasado buena parte de los últimos 20 años defendiendo a muchos periodistas, porque creo que debe prevalecer el derecho a opinar por encima del derecho al honor y la imagen. Mis hijos se educaron en esa cultura".

"Pero también cabe la difamación y la calumnia. Me ha sido imposible explicar a los míos por qué han salido sus nombres o sus caras, por qué necesitan escolta policial y por qué han sido amenazados por teléfono y correo electrónico. Pese a todo, ni un solo minuto de este año y medio me han pedido que lo deje porque quieren a su padre y a su marido".

"Asumo que soy presidente de un club en el que lo extraordinario es normal y lo normal un fracaso. Después de 17 meses hemos cambiado el signo negativo del club. Habían pasado más de 22 años sin compartir los títulos de baloncesto y fútbol, y lo logramos. Pero lo más relevante ha sido recuperar el espíritu y la cultura que ha hecho grande al club en 105 años. Los valores del madridismo, la forma de ganar y de perder. Varios jugadores han reconocido que el club está haciendo las cosas muy bien y que eso se refleja en el campo. Y tengamos en cuenta que han salido 19 futbolistas y hemos cambiado de entrenador. Por primera vez en cuatro años hemos pasado a octavos de la Champions como primeros de grupo y somos líderes en Liga. Y en baloncesto estoy seguro de que también cumpliremos las expectativas".

"Otro aspecto a destacar es la solidez económica. Hay que generar recursos y administrarlos bien. Y también hemos conseguido una maravillosa paz social. Más de 2.500 socios han pasado por el palco, la parte sagrada del templo, y no pueden imaginar las caras de ilusión que he visto en ellos. Los socios tienen que notar que el club es suyo. Por eso, hemos favorecido la creación de un senado de socios, del club de los 100 y hemos promovido un consejo formado por 25 presidentes de peñas".

"Son los socios los que también se han favorecido del avión del club, del que sé que me resultará inevitable hablar. Les diré que hace el ruido de un avión, no otro, y que hay más de 500 aviones como el nuestro en las principales compañías aéreas del mundo. Además, es un orgullo tener un avión en exclusiva y comprobar la admiración que causa allá donde vamos. Siempre digo que cuando aterrizas ya ganas por 1-0".

"Veo el futuro con optimismo, ilusión y esperanza. El primero de nuestros próximos proyectos será la Residencia, cuya primera piedra se pondrá en marzo y donde vivirán los chicos para que se puedan impregnar de madridismo. Allí tendrán una vida controlada desde el punto de vista deportivo y educativo. Será un gran vivero de futbolistas, pero sobre todo de hombres. Se podrá estrenar en el curso 2009-10 y contará con 250 plazas".

Arena. "También queremos construir, a partir del año próximo y en 18 meses, el pabellón Arena. Ahora tratamos de cerrar una financiación que cubra 40 o 50 millones de los 150 de presupuesto. Será el pabellón más moderno de Europa, con 18.000 asientos, 100 palcos VIP y podrá acoger hasta 14 deportes, porque formará parte de las instalaciones de la candidatura olímpica de Madrid".

"De momento, el Bernabéu ya ha sido declarado estadio de élite y en 2010 nos gustaría organizar la final de la Champions y ojalá la ganemos".

"El próximo 16 de febrero haremos un homenaje a Di Stéfano. La UEFA le ha concedido el premio Presidente al mejor futbolista de la historia. Por la mañana recibirá el galardón y por la tarde se descubrirá su estatua en Valdebebas".

"Y quisiera terminar mi intervención hablando de la Fundación. Hay un empeño por echar porquería hasta en las cosas más nobles. Pero el trabajo que se hace en España y el extranjero lo valoran niños, discapacitados, enfermos, reclusos No se aporta dinero, así que no hay forma de extraviarlo. Aportamos material, cariño e imagen. Nos gusta decir que la Fundación es el alma del club, nuestro modo de retribuir todo lo que hemos recibido por parte de la gente".