Con Torres y fe, a octavos

Liga de Campeones | Grupo A | O. Marsella 0 - Liverpool 4

Con Torres y fe, a octavos

Con Torres y fe, a octavos

REUTERS

Cuando Fernando Torres abandonó el Atlético de Madrid fue para vivir una experiencia nueva, para saborear grandes encuentros de la Liga de Campeones que no atisbaba en un futuro cercano en el club del Manzanares. Esta noche en el Velodrome ha expresado su juego innato y ha permitido a los ingleses pasar a octavos en otra noche de éxito.

No llegaba el Liverpool con la mejor de las condiciones al encuentro que debía decidir el pase del grupo más igualado de esta fase de la Liga de Campeones. Al fin y al cabo, era el último paso de un milagro un mes después de que sus únicas opciones de clasificación pasaran por ganar todos los partidos.

Obviamente, a los 'reds' sólo les valía la victoria en el difícil campo marsellés y tras haber perdido su primer partido en la Premier cuatro días antes. Malas vibraciones y todo apostado a la fe y la confianza de este equipo, como en aquella final de Copa de Europa ganada ante el Milan.

Aunque estas premisas previas también son positivas porque a los de Rafa Benítez les gusta jugar sin freno ni límites. De hecho, han demostrado desde el inicio que su juego a tumba abierta es su mejor arma puesto que Gerrard ponía en evidencia a la frágil defensa marsellesa en el minuto 2 y transformaba el penalti cometido sobre él mismo al aprovechar el rechace de Mandanda a su lanzamiento. Sólo ocho minutos después Fernando Torres les enseñaba a los mediterráneos que no se iban a conformar con defender una victoria por la mínima y con un bonito 'slalom' sobre los zagueros locales encontraba el camino del segundo gol.

Los bulliciosos seguidores marselleses tenían que pestañear porque en sólo diez minutos ya disponían de una situación totalmente adversa para su clasificación. Se trataba de un panorama tan nefasto que Erik Gerets tuvo que recurrir a Nasri en el minuto 30 para susituir a Cheyrou porque ninguno de sus hombres había logrado penetrar en la defensa inglesa mientras que Kuyt ya había avisado con el que podía haber sido el tercer tanto del partido.

Nasri al rescate

Pero con el talento francés tampoco aparecieron los caminos ni su asociación con un voluntarioso Ziani obtuvo los resultados apetecidos. Es más, las oportunidades se sucedían para los británicos gracias a los contragolpes que tenían como objetivo a un Fernando Torres que peleaba contra los cuatro zagueros franceses y en la mayor parte de las oportunidades les superaba.

Givet, autor del penalti, dejaba el campo antes de terminar el primer tiempo y Cisse ingresaba en el terreno de juego a la salida de los vestuarios por un desacertado Zenden. Toda la carne en el asador en el Marsella, pero el Liverpool echaba el agua sobre el plato inmediatamente porque Kuyt aprovechaba un fallo para anotar el tercero en el minuto 3 de la segunda parte.

El tanto del holandés terminó por romper cualquier opción de un Marsella en el que ninguno de sus futbolistas consiguió reparar el agujero en defensa por el que se colaba Fernando Torres en cada ocasión. Paulatinamente los de Rafa Benítez se fueron resguardando en su campo, cerrando con perfección cada hueco y con la única precaución de vigilar al animoso Cissé, el único rival que creó alguna situación para hacer creer en el gol. Con el conjunto local volcado, los británicos contaron con varias oportunidades, pero sólo Babel en el último minuto consiguió ampliar la goleada a cuatro tantos.

Benítez retorna con fuerza

En conclusión, el Liverpool barrió del campo a un rival del que se esperaba más con la misma velocidad con la que el sempiterno viento marsellés circula por el césped del Velodrome. Un dominio desde el primer al último minuto ante un conjunto sobrepasado por cada lance del juego y que nunca probó la seguridad de Reina.

Benítez regresa aún más reforzado a las islas, con Fernando Torres como estandarte de su confianza y con el único dato negativo de la lesión de Mascherano. En Marsella se quedan cariacontecidos ante una gran oportunidad para la clasificación para octavos de final que perdieron por falta de concentración en defensa y escasa capacidad para anotar en ataque (sólo tiraron una vez a portería en todo el partido).