Gento: "Mis mejores partidos los hice contra el Barcelona"

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Gento: "Mis mejores partidos los hice contra el Barcelona"

Gento: "Mis mejores partidos los hice contra el Barcelona"

Paco Gento tiene seis Copas de Europa, más que ningún otro futbolista, y a partir de mañana sumará tres homenajes en el Madrid, que aprovecha el Trofeo Bernabéu para honrar su carrera, rememorada ayer en el Asador Donostiarra.

Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento. En Francisco Gento López (Guarnizo, Cantabria, 1933) acababa por la margen izquierda la mejor delantera de la historia. A una velocidad vertiginosa, excesiva según se creyó al principio. "Cuando llegó se dejaba el balón atrás", recuerdan los clásicos. "Mi mejor virtud era aguantar los esfuerzos. Acababa el partido como lo empezaba. Y eso que mi juego era explosivo". Esa portentosa resistencia le dio para ocho partidos en el Racing y 18 años (1953-1971) en el mejor Madrid. Nadie tiene, como él, seis Copas de Europa. Ningún otro español ganó doce Ligas. Y dos Copas. Y una Intercontinental. También estuvo en dos Mundiales y jugó tres partidos de la fase de clasificación de aquella Eurocopa de selecciones del 64 que ganamos. A partir de octavos le quitó el sitio y la gloria el zaragocista Lapetra: "Marqué el 0-1 de octavos ante Irlanda y ya no jugué más en ese torneo. Quizás estaba lesionado...". Volvió a la Selección en el 66 y se despidió en el 69, ante Finlandia (6-0), en el primer partido de Kubala como técnico: "Te seguiré llamando', me dijo, pero no volvió a convocarme". Tenía ya 35 años y aún jugaría dos más en el Madrid, el equipo de su vida, que no el de su niñez: "Yo era del Atlético Aviación porque ahí jugaban dos cántabros, Germán y Aparicio. Recuerdo que nos gustaba acercarnos a las vías para ver pasar el tren porque imaginábamos que allí viajaba el Atlético. Y escuchábamos las hazañas de Zarra por la radio en las romerías".

Gento saltó de la pelota de cuerda y papel de periódico al Nueva Montaña. "No tenía ni botas. Y para entrenar y para jugar hacíamos corriendo los cinco kilómetros que había desde Guarnizo. Ahora en ese campo hay un Corte Inglés. Después me fui al Astillero. Allí, el entrenador era mi primo Fernando Mendiguchía y me ponía siempre. Le ganamos un torneo juvenil al Racing y yo metí los dos goles. Una casualidad. Y, claro, me fichó el filial racinguista: el Rayo Cantabria. Debuté contra el Burgos y me denunciaron porque no se podía jugar en Tercera con menos de 18 años. Y tuve que esperar".

En el Racing sólo jugó ocho partidos: "El primero fue contra el Barça. Me marcó Seguer y metí dos goles. Empatamos a tres. También jugué en el Bernabéu. Allí perdimos 2-1". Pero debió entusiasmar porque un directivo de Bernabéu, Bustamante, de Torrelavega, recomendó su fichaje: "Aquello fue divertido. Vino con el contrato un intermediario llamado Guijarro. Le identificaron en nuestro entrenamiento y le pusieron a parir. Entonces decidimos cerrar el acuerdo en el faro, pero la gente nos siguió hasta allí. Decidimos aplazar el asunto y acabé firmando en un garaje, junto al hotel Bahía. Al presidente del Racing querían matarle. El Madrid pagó 1,2 millones de pesetas más otro extremo zurdo, Espina, que metió tres goles el día que debutó".

Era 1953 y tenía 19 años. Se alojó en la misma pensión que Joseíto: "En aquella época fue como mi padre". Bernabéu llegó a dudar de que estuviera maduro y cuentan que fue Di Stéfano, que llegó al club un mes después que él, quien recomendó su continuidad: "No sé si fue así. Lo que sí me consta es que pretendían cederme a Osasuna. Quizás Alfredo valoró mi velocidad, porque rápido siempre fui. Con 12 años ya superaba a los de 16. Claro, que más rápida era mi madre".

Di Stéfano.

"Aquel equipo era fantástico y Di Stéfano y Puskas, fabulosos. Si tengo que elegir uno, me quedo con Alfredo, porque resultaba completo, pero Puskas era único. Tenía diez metros rapidísimos. Cuando la cogía al borde del área, te dabas la vuelta. Sabías que marcaría. En un partido contra el Atlético le metió un gol de falta a Madinabeytia por un palo. El árbitro lo anuló y mandó repetir el lanzamiento, y Puskas marcó por el otro palo. En la ducha lanzaba el jabón al aire y lo mataba con el empeine. Yo me quedaba para verle entrenar. Y eso que vino gordo y con 31 años... Rial también me ayudó mucho. Conocía mi velocidad y me lanzaba pases increíbles. Y Kopa, que se iba como quería. Él, en realidad, era un nueve, pero a ver quién se atrevía a quitar a Di Stéfano". Fue su primer Madrid, el mejor de la historia, que encadenó cinco Copas de Europa: "Y la Sexta nos la quitó el árbitro en aquellos octavos de final contra el Barça con cuatro goles anulados. Estaba claro que el Madrid no debía ganar aquel título".

A aquel equipo le deshizo el paso del tiempo. En el 64 se marchó Di Stéfano: "Yo creo que más que Bernabéu fue Muñoz quien decidió. Él quería seguir y quizá las cosas se hicieron mal. Se fue al Espanyol. A mí siempre me costó verle a rayas". Gento cree que el Madrid fue tácticamente por delante en aquella época: "Todos jugaban con cinco delanteros, pero nosotros, de verdad, sólo teníamos uno: Puskas. Los demás bajábamos y creábamos superioridad en el centro del campo".

En poco tiempo Gento se vio rodeado de ye-yés, pasó de novato a veterano, eso sí, sin dejar de ganar. Aquella generación conquistó la Copa de Europa del 66: "No era el mismo fútbol. Aquel fue el triunfo de la ilusión. Todos éramos de aquí. Y había grandes jugadores: Amancio, Pirri, Grosso o Velázquez, que era como Guti. A la gente le parecía pasota, pero jugaba fenomenal. Un gran pasador, aunque quizás acompañaba menos que Rial".

Bernabéu.

Aquel Madrid de Bernabéu estaba sometido a una severa disciplina extramuros: "No permitía coches de lujo, ni lucir corbata, ni llevar bigote. Yo recuerdo que en mis primeros años Joseíto y yo íbamos a entrenar en tranvía. Y allí coincidíamos con Muñoz. Sólo cuando se hizo la Ciudad Deportiva me permitió comprarme un 600".

"Mis mejores partidos siempre los hice contra el Barcelona", recuerda Gento. Pero el gran enemigo era otro: "El Atlético nos resultaba el rival más difícil. Nos ganaron dos finales de Copa. ¡Qué jugadores tenía! Rivilla, Griffa, Calleja, Luis, Mendonça, Collar...". Collar, un amigo y el once que más sombra le hizo: "Técnicamente era mejor que yo, pero daba menos la cara fuera. En la Selección llegamos a jugar los dos juntos. Yo en la izquierda y él, en la derecha".

La tertulia pone nombres sobre la mesa. Porteros: "A mí me gustan Buyo y Casillas". Extremos: "El mejor de España es Vicente. Si no tuviera tantas lesiones...". Messi: "Un fuera de serie. ¡Qué fácil se va de todos!". Ronaldo "Un monstruo. No he visto uno como él. He de reconocer que era el que me sacaba de casa para ir al Bernabéu. Y eso que cuando llegó aquí no era el del Barcelona. Tenía velocidad, pegada. Y cómo se iba. Me hubiera gustado jugar con él". Roberto Carlos: "El que más se me pareció. Era un bólido, pero yo creo que tenía mejor centro que él. Templaba más el balón". Raúl: "Aún es joven. Y siempre fue muy listo. Aún puede hacer mucho si mantiene la ilusión". Tamudo: "Habría que darle un homenaje o mandarle algo". El Madrid de Capello: "A veces me aburría y me marchaba del campo. Como vivo junto al Bernabéu y además no voy al palco... Prefiero la tribuna. Permite el desenfreno". Schuster: "Un buen entrenador y es innegable que el Madrid está jugando mejor que el año pasado. Quizá no deba hablar tanto de los árbitros". Copa de Europa: "Apuesto por una final Arsenal-Madrid". Y, finalmente, Manolín Bueno, al que condenó a once años de suplencia: "¡Qué buen jugador! Al final estaba contento de ser mi suplente. Un día me dijo: 'Paco, el día que te vayas tú me echan a mí!'. Y tuvo razón".

"Benítez fue quien me hizo el mejor marcaje"

Gento repasa con AS las fotografías de su vida deportiva, siempre en blanco, aunque reconoce otras ofertas: "Primero me quiso el Barça. Y estando en el Madrid, pretendió ficharme el Inter. Pero, ¿dónde iba a estar yo mejor y a cobrar más primas que en el Madrid?". Gento ganaba 125.000 pesetas anuales ("lo que pagué por mi primer coche"): "Un día Zamora me dijo: 'La cantidad de dinero que ganáis los de ahora en comparación con nosotros'. Y ahora soy yo el que piensa lo mismo respecto a los sueldos actuales". Confiesa que el barcelonista Benítez fue quien mejor le marcó ("era muy rápido"), que el atlético Verde "fue el más tramposillo" y que se escaqueaba de los partidos de Elche y Córdoba.