Todos al Calderón

Hacía años que no iba al Calderón. Imperdonable. Estuve el domingo y salí de allí tan emocionado como cualquier seguidor rojiblanco, que se marchó con la sensación de haber visto otro partido inolvidable. A los más veteranos les recordaba la noche del Cagliari, otros hablaban del día que se remontó un 0-3 al Barcelona, que Caminero hizo el cuarto gol, el de la victoria, casi al final, y alguno se acordó de Arteche, un central como Dios manda, que no sólo defendía bien, sino que una tarde le hizo dos goles en los últimos minutos al Betis, en un partido que también acabó 4-3.

La fiesta en el templo atlético comienza mucho antes que el partido. Es un espectáculo ver la riada de gente rojiblanca bajar desde Pirámides hacia el estadio, o cómo animan después en el campo. Se merecen que la audacia de Aguirre tenga premio como ante el Valladolid. La fiesta debe seguir ante el Aberdeen. ¡Que nadie falte!