Escaso botín

Apenas se habían disputado unos minutos de juego cuando el Lyon había descubierto que para ganar al Barça no podía optar por el dominio en campo rival. La demostración llegaron en el minuto 2 cuando los veloces atacantes que había puesto Rijkaard en la delantera (Messi, Bojan e Iniesta) trenzaron una magnífica jugada de contragolpe que culminaba con calidad el albaceteño.

El tanto provocó dos efectos en el equipo local. Primero, los defensas sintieron el miedo de que el mínimo error podría ser aprovechado por cualquiera de los sobresalientes jugadores que tiene el Barcelona en su delantera. El segundo, que no debían ceder tanto espacio a sus espaldas porque eso facilitaba el regate de sus rivales.

Ante esta situación los de Alain Perrin no tuvieron muy claro cómo afrontar el partido con el resultado en contra hasta que inmediatamente encontraron el empate. Juninho centró desde casi 40 metros y ni la defensa blaugrana ni Víctor Valdés acertaron siquiera a tocar al balón que botaba en el centro del área pequeña y se colaba en las redes.

Ya habían enseñado los dientes ambos equipos y ambos aprovecharon para tomarse un respiro y rearmarse con seguridad. El Barça, presionaba casi en el área contraria hasta con sus laterales para explotar la inquietud de la zaga francesa, mientras el Lyon no conseguía imponer su juego del centro del campo porque Yaya Touré frenaba todas sus acciones.

Yaya Touré, el eje barcelonista

Precisamente el marfileño fue el encargado de iniciar las cargas de ataque de ambos equipos con dos disparos lejanos que hicieron a Vercoutre emplearse a fondo. El Barça dominaba, funcionaba y encontraba varios caminos en su ataque mientras que el Lyon aparentaba más peligro en sus jugadas a balón parado. No obstante, el centro del campo francés tuvo dos destellos de calidad y Govou vio como Víctor Valdés le detenía un disparo en el mano a mano y Abidal sacó bajo palos el posterior remate de Juninho.

Pero el Barça no se achicaba porque se veía con confianza gracias a su mayoritaria posesión y a su magnífica defensa, que le permitía apuntalar su juego sin miedo a su buen rival. La intensidad de ambos conjuntos aumentó y se trasladó hasta el banquillo, donde Frank Rijkaard fue expulsado tras protestar al árbitro un encontronazo entre Yaya y Juninho.

Tras el descanso, el Lyon pasó a tomar el mando del partido pero sin encontrar huecos en la defensa visitante. Durante 15 minutos se afanó en la posesión del balón, pero ni Ben Arfa ni Govou conseguían penetrar en el área barcelonista. Y cuando menos se esperaba llegó el zarpazo de Messi, quien fue derribado por Juninho en el área. El argentino anotó con clase el penalti y el conjunto español cedió sin rubor el mando a sus rivales para buscar el contragolpe. Y la estrategia pudo ser definitiva de no ser porque Gudjohnsen no aprovechó sus dos ocasiones dentro del área antes de ser sustituido por Ronaldinho.

Abidal propicia el empate

Todo parecía controlado pero Abidal cometió penalti a diez minutos para el final cuando Keita -sustituto del desaparecido Fred- entró en el área. Juninho 'fusiló' a Valdés para empatar y el Barça se asustó. Entró Márquez al campo en lugar de Zambrotta y Puyol pasó a jugar en la derecha. Era el momento de reivindicarse para Ronaldinho, quien había salido con muchas ganas y sirvió dos buenos balones desde la izquierda que estuvieron a punto de acabar el gol si los defensas lioneses no hubieran estado atentos a Xavi y Messi.

Con este resultado el Barça se clasifica para la siguiente fase como primero de grupo y en la última jornada recibirá al Stuttgart. La sensación de superioridad no se ha plasmado una victoria que podrían haber conseguido de haber estado Gudjohnsen más acertado. En el aspecto negativo hay que señalar la expulsión de Rijkaard y la nula aportación de Bojan en ataque a pesar de la esperanzadora primera jugada del partido. Por su parte, el Lyon se jugará la clasificación con el Glasgow Rangers en Escocia tras haber estado durante la mayor parte del encuentro por detrás en el marcador y sin saber cómo abrir la defensa rival.