El Atlético llegaba a Almería en busca de una victoria que le permitiera mantenerse en la zona privilegiada de la clasificación. El último pinchazo ante el Villarreal volvió a llenar de dudas a los del Manzanares, y el Almería, pese a su clasificación, no era el rival más propicio para aclarar esas dudas. Los andaluces afrontaban el partido confiando en que, de una vez por todas, su juego al ataque se viese premiado con algo más que con errores arbitrales y golpes de mala suerte.

El partido comenzó con un Almería lanzado. A los de Unai Emery le bastaron diez minutos para dejar claro que iban a por la victoria. Fue Felipe Melo el primero en asustar a los de Aguirre con un disparo lejano de falta que obligó a Leo Franco a despejar a córner. Sin dejar respirar a los rojiblancos, la falta de puntería de Negredo evitó que el Almería anotase el primer tanto del partido.

Tras un primer cuarto de hora donde el Atlético estuvo expectante ante el dominio almeriense, una internada por banda derecha de Seitaridis estuvo a punto de cambiarlo todo. Cobeño se encargó de desbaratar el primer acercamiento con peligro colchonero.

Al borde de la media hora Seitaridis entró al área como un elefante en una cacharrería para cortar la veloz internada por banda de Crusat, y lo hizo, pero con penalti incluido. Una vez más una acción incomprensible de la defensa rojiblanca ponía en peligro el partido. Todo quedó en nada cuando un espléndido Leo Franco acertó a rechazar el balón hasta en tres ocasiones en el lanzamiento de la pena máxima, evitando que los locales se adelantaran.

Tan sólo cuatro minutos despues de la heroicidad de Leo, Uche estrelló el balón en el larguero desde el área pequeña al rematar un pase de Juanma Ortiz. En la recta final de la primera mitad el Atlético logró asentarse en el terreno de juego, algo que no había conseguido hasta ese momento debido al oficio y la buena colocación de los almerienses, que llegaron a dejarle sin ideas. Fue entonces cuando los delanteros rojiblancos comenzaron a entrar en contacto con los defensas rivales.

Al descanso el Almería veía como, pese a ser muy superior al Atlético, la mala suerte se cebaba de nuevo con ellos: un penalti fallado y un disparo al larguero, pero en el marcador todo seguía como al inicio. Los madrileños debían mejorar mucho si querían sacar algún botín en su visita a Almería.

El Atlético se hace con el control

El Atlético saltó al cesped en la segunda mitad dispuesto a sacudirse el dominio local, y así lo hizo. Con el dominio del balón los de Aguirre comenzaron a hacer un fútbol más elaborado que en la primera parte. Mientras tanto el gafe del Almería seguía planeando por el Mediterráneo. Negredo vio como su remate con pierna derecha terminaba siendo rechazando una vez más por uno de los palos de la portería de Leo Franco.

El respiro mutuo que se dieron los dos equipos se alargó más de lo debido. El final del partido estaba cerca y ninguno de los dos conjuntos se lanzaba decididamente a por los tres puntos. Los minutos finales de partido se desarrollaron en el centro del campo sin acercamientos peligrosos a las áreas. En el último suspiro del encuentro un disparo de Antonio López a saque de falta se estrelló en el larguero y estuvo cerca de dar una inmerecida victoria a los colchoneros.

El Atlético, con un punto de los últimos seis disputados, sigue sembrando dudas y sin dejar claro a qué aspira realmente en esta Liga. El Almería, que mereció más que el empate, sigue gafado.