El 17 de junio de 2007 se disputó la última jornada de la pasada Liga. Madrid, Barcelona y Sevilla tenían opciones de conseguir el campeonato (los dos primeros estaban empatados a puntos). Los blancos dependían de sí mismos. Una victoria ante el Mallorca significaba el trigésimo título liguero para las vitrinas del club. Pero el conjunto bermellón no visitó el Bernabéu como mero comparsa. Intentó aguar la fiesta madridista y estuvo muy cerca de lograrlo. De hecho, durante 63 minutos (desde el 0-1 de Varela hasta el 2-1 de Diarra) le arrebató la Liga al Madrid en favor del Barça.
El partido comenzó con mucho ritmo. Arango metió el miedo en el cuerpo de los 85.000 aficionados que llenaban el feudo madridista con un tiró al palo en el segundo 38. Poco después Varela, en el minuto 16, puso el 0-1 con un derechazo ante el que nada pudo hacer Casillas. En ese momento, y con el empate del Barça frente al Nàstic, el Madrid decía adiós al título. Quedaba un mundo por delante, pero las noticias eran cada vez más desalentadoras para los intereses blancos: Puyol adelantaba al equipo culé (20'); Van Nistelrooy se tuvo que retirar lesionado (31'); Messi (34') y Ronaldinho (37') dejaban el partido visto para sentencia en Tarragona y el Madrid no terminaba de llegar a la portería de Moyá. Hacía falta un arranque de orgullo para dar la vuelta al marcador. Prácticamente un milagro. Pero los milagros existen. Y el Bernabéu ya ha vivido unos cuantos.
Remontada. La segunda parte arrancó con malas noticias. Varela perdonó una clarísima ocasión. Beckham también se lesionó y abandonó el campo en el 65'. Reyes entró en su lugar y, aunque accidental por los problemas físicos del inglés, el cambio no pudo ser más determinante. El sevillano marcó en el 67' el empate tras una jugada de Higuaín. El Bernabéu volvió a creer en su equipo y se volcó en busca del tanto de la victoria. No llegó hasta el 79', cuando Diarra remató de cabeza un córner. El Madrid recuperaba el liderato y la pasión se desataba en Chamartín. Pero todavía quedaba lo mejor. Reyes volvió a batir la portería de Moyá tres minutos más tarde y sentenció el encuentro. El Madrid de Capello lograba la Liga. Mañana regresa el Mallorca al feudo blanco. Partidazo seguro.
