Casillas salvó el partido en cinco décimas de segundo

Primera | Real Madrid

Casillas salvó el partido en cinco décimas de segundo

La parada a Kovacevic fue toda una exhibición de reflejos

Minuto 91 del Madrid-Olympiacos. Ya en la prolongación Kovacevic recibe un balón colgado de espaldas a la portería, un metro por delante del área pequeña. Con su conocida maestría, engancha una semi tijera colocando el balón hacia un poste en viaje de gol irremediable. Suponía un frustrante 3-3. Nadie en el mundo veía en esa fracción de segundo que hubiera forma de evitarlo. Sólo un portero prodigioso tenía una solución asombrosa: Casillas reaccionó en medio segundo lanzándose con reflejos de superdotado para desviar con la mano derecha ese balón imposible. El Bernabéu se puso en pie para ovacionar la parada del año.

Los datos de esta acción son escalofriantes: Casillas está a poco menos de seis metros de un remate que viene a 43 kilómetros/hora y reacciona en cinco décimas de segundo. Más aún, si observamos la intervención, el portero no ve la trayectoria del balón hasta que éste supera a Ramos, lo cual sucede a 2,5 metros de su posición. Entonces, la reacción se reduce a dos décimas de segundo.

Sumemos dificultades: Casillas estaba clavado en la raya de gol, eso sí, flexionado como corresponde a un buen portero en tensión, pero tapado y con los ángulos abiertos a merced del rematador.

Felino.

Casillas saltó como un tigre en vuelo corto, sin carrerilla, estirando su brazo cerca de metro y medio, con suficiente rigor para no doblar, sino para lanzar el balón hacia un lado. Fue el golpe de manopla límite, en la máxima extensión que permiten las leyes de la física. Ningún jugador del Olympiacos reaccionó al rechace porque la parada les inmovilizó las piernas y llevó sus manos a la cabeza, aturdidos por la escena.

Esta acción es el resultado de mucho trabajo de preparación y de una gran experiencia. Manuel Amieiro, Tancredi y ahora Pedro Jaro, pueden presumir, unos más que otros, de haber contribuido a formar a este coloso llamado Casillas. Quizás ya ha alcanzado su plenitud y aún tiene un grandísimo futuro. Kovacevic puso a prueba al mejor portero del mundo y tuvo una espectacular respuesta: la parada del año, que salvó un empate con tintes comprometidos para el club.