El equipo inglés tiene muy difícil clasificarse para los octavos de final, ya que, con la derrota de hoy, unida a la de la segunda jornada en casa ante el Olympique de Marsella, es último del Grupo A, que lideran los franceses con siete puntos, seguidos del Oporto, con cinco, y del Besiktas, con tres.

Si por algo mereció perder el Liverpool fue por su falta de acierto a la hora de marcar, a la hora de definir, porque al menos dominó el juego durante todo el partido y murió en la portería rival hasta el último minuto.

Quizá influyó la baja del delantero español Fernando Torres, que venía siendo el jugador más en forma de los ingleses y el que más goles estaba haciendo. La lesión del internacional en la última concentración con España pasó factura a los ''Reds'' ante el Besiktas, que aprovechó los errores de los ingleses a la perfección.

La mala suerte se cebó con el Liverpool, que jugó tan sólo con un español en su equipo titular, el portero Pepe Reina.

En una jugada que parecía no llevaba peligro, un mal despeje del central Carragher lo aprovechó el delantero argentino Matías Delgado, cuyo disparo desde dentro del área tocó en el defensor finlandés Sammy Hyypia y entró en la portería inglesa. Una jugada rocambolesca que complicó las cosas al vigente subcampeón de Europa.

Tras el gol, el Liverpool ejerció un dominio aplastante del juego en busca del empate, sin embargo, le faltó claridad en la frontal del área y puntería a la hora de marcar. El atacante ucraniano Andrei Voronin lo corroboró. Estuvo muy incisivo, pero nada acertado.

Sentencia

Benítez siguió confiando en su equipo inicial, con Voronin y el holandés Kuyt en punta y con su compatriota Ryan Babel por la izquierda, en el segundo tiempo, pero las cosas no le salieron bien.

Sobre todo después de que el Besiktas, en una de sus pocas llegadas al ataque en el segundo periodo, marcara el segundo gol en el minuto 82 por medio del delantero brasileño Bobo, que superó primero a Hyypia, desafortunado todo el partido, y luego a Reina.

El gol parecía apuntillar a un Liverpool totalmente desquiciado e impotente. Sin embargo, el centrocampista inglés Steven Gerrard mantuvo la esperanza del empate después de rematar a gol de cabeza, lanzándose en plancha, un balón centrado desde la derecha, a tan sólo cinco minutos del final.

Los ''Reds'', que jugaban ya con todo en ataque, después de la entrada del inglés Peter Crouch tras el 2-0, lo intentaron hasta el último suspiro, pero en esos cinco minutos, más los cuatro de tiempo añadido, volvieron a toparse con el portero Arikan, también en la última jugada, en un remate de cabeza a la salida e un córner.