Schuster cumple 100 días con notable

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Schuster cumple 100 días con notable

Schuster cumple 100 días con notable

jesús aguilera

Mañana se cumplen cien días de la presentación de Schuster como técnico del Madrid. Desde entonces, no ha hecho más que cumplir con la misión que le encomendó Calderón: ganar e ilusionar. El alemán mantiene al equipo arriba. El sobresaliente está cerca. Cuando logre un título.

Schuster cumplirá mañana cien días al frente del Madrid, en los que ha superado con nota la primera evaluación. La clasificación, que es la que juzga a los técnicos, así lo demuestra: su equipo es líder en solitario de la Liga, el máximo goleador (16 tantos) y el menos goleado (3). Además puede presumir, tanto en el campeonato doméstico como en la Champions, de no conocer todavía la derrota.

Pero este éxito de Schuster en sus primeros cien días como técnico blanco no sólo se mide por los resultados. De hecho, Calderón le dio el cargo en detrimento de Capello en una apuesta arriesgada para encontrar la excelencia en el juego. Ganar ya no era el único objetivo. Al presidente no le importó que días antes el italiano logrará la trigésima Liga. Y el tiempo le ha dado la razón. No sólo por los brillantes partidos ante Atlético y Villarreal, sino porque Schuster ha satisfecho las exigencias del Bernabéu al heredar el espíritu de equipo de antaño y saberle imprimir su obsesión por atacar.

Schuster aterrizó en la Casa Blanca con más problemas de los previstos, ya que tuvo un duro tira y afloja con el presidente del Getafe, Ángel Torres, para lograr su carta de libertad. Al final, pagó los 480.000 euros para zanjar la discusión aunque el dirigente azulón se los devolvió posteriormente. Tras este obstáculo, el técnico estampó su firma en el contrato de tres años con el Real Madrid y fue presentado. Era el 9 de julio.

Dos semanas más tarde comenzó a ejercer en la pretemporada de Austria. Allí perfiló la plantilla al tiempo que se iban sumando los refuerzos. Ya estaban Dudek, Saviola y Metzelder. Luego llegaron Drenthe y Sneijder y más tarde Heinze y Robben. Tanta ida y venida descentró al equipo y las críticas se precipitaron. Las derrotas ante el Sevilla en la Supercopa reafirmaron esas dudas, pero Schuster llamó a la calma. Sabía que lo importante todavía no había llegado. Ahora puede sacar pecho desde el liderato.