La afición del Villarreal ya calienta motores. La hinchada amarilla espera con ansias recibir al Real Madrid el próximo domingo en El Madrigal. No hay miedo, pero sí respeto. El proyecto que preside Fernando Roig vuelve a tener aires de grandeza y como tal quiere medir sus fuerzas con los más poderosos del campeonato. El primero de ellos, el Valencia, ya saltó por los aires el pasado domingo con un rotundo 0-3 que asusta y que ha enchufado aún más a la parroquia amarilla.

Los Van Nistelrooy, Robinho, Raúl, Sneijder y compañía se las tendrán que ver con los nuevos héroes del Submarino: Tomasson, Rossi, Cazorla, Pirés, Senna futbolistas que no afrontarán tan marcada cita en solitario. Se espera que 22.000 almas abarroten las gradas del feudo groguet, que puede quedarse pequeño para recibir al campeón de Liga. Además, la experiencia de la pasada campaña, cuando un gol de Marcos supuso la primera victoria amarilla ante el Real Madrid, dejó un gusto tan dulce que nadie quiere perderse la oportunidad de revivirlo.

Altos precios.

Con unos 17.000 socios, han salido a la venta algo más de 4.000 entradas que se están agotando con un goteo constante de seguidores que pasan por las taquillas. Ni los altos precios que el Consejo del Villarreal ha fijado (entre 50 y 120 euros) serán freno para que se roce un lleno que, en el caso de producirse, sería el tercero en este feudo que tiene al Real Madrid como protagonista. Los dos anteriores fueron los dos primeros del Submarino en Primera, cuando ver a los blancos era todo un acontecimiento. Ahora es un rival directo del mejor equipo de los últimos cuatro meses.

Ante tal expectación, la Federación de Peñas estudia la posibilidad de movilizarse y piensa en una concentración previa de la afición y recibir a los suyos con un mosaico de globos y bufandas.