El corazón de Puerta no pudo aguantar más

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El corazón de Puerta no pudo aguantar más

El corazón de Puerta no pudo aguantar más

El sevillista murió tras 60 horas de lucha contra la muerte

Puerta ha muerto. Su corazón se detuvo de manera definitiva ayer a las 14:30 horas en el sevillano hospital Virgen del Rocío, donde se encontraba ingresado desde el maldito sábado pasado en que, durante el transcurso del partido que su equipo, el Sevilla, disputaba con el Getafe sufrió un desvanecimiento que, con el transcurso de los días, ha tenido como trágico y terrible desenlace el fallecimiento del futbolista.

Aproximadamente a las 16:00 horas se dio a conocer el parte médico donde fue anunciada una noticia que, no por esperada, dejó de conmocionar a toda la España deportiva (y no deportiva), que durante las últimas horas lloró y rezó para que el lateral zurdo sevillista ganase el partido más importante de su vida. La causa final del óbito fue una encefalopatía postanóxica.

Todo comenzó en el minuto 30 del Sevilla-Getafe antes mencionado. En una jugada de ataque del equipo entrenado por Michael Laudrup, pudo apreciarse como Antonio Puerta, como ausente, se agachaba. La reacción de Palop y Dragutinovic, que se encontraban muy cerca de él fue inmediata. El defensa serbio, de manera eficaz, valiente y decidida, le metió los dedos en la boca para asegurarse de que no se había tragado la lengua. Esta alarma estaba justificada. En dos ocasiones anteriores (en un entrenamiento y en un amistoso disputado en Badajoz con motivo del Centenario de este equipo) ya había sufrido desmayos. Severos y rigurosos exámenes médicos no determinaron ninguna dolencia rara que le impidiera jugar al fútbol.

Pero esta ocasión fue diferente. Durante su traslado en ambulancia sufrió varias paradas cardiorrespiratorias. El primer parte emitido a las dos de la madrugada del domingo dejó constancia de su estado grave, que fue empeorando a medida que se iban sucediendo los comunicados médicos.

Anteayer lunes su estado se agravó. Estaba inconsciente, sedado y con respiración mecánica asistida que los galenos no se atrevían a retirar por temor a que tuviera nefastas consecuencias. Fue el propio director del centro hospitalario quien, en un espeluznante comunicado, explicó la tremenda realidad. Puerta estaba al borde de lo que, en términos médicos, se conoce como 'clínicamente muerto'. Podía quedarse en estado vegetativo o parapléjico. Pero lo peor estaba por llegar.

En la mañana de ayer llegó hasta la expedición sevillista la noticia de su muerte. Era la cuenta atrás. El parte de las 13:00 horas era casi definitivo. Hablaba de "estado crítico", "sufrimiento cerebral" y "evolución desfavorable". Dejaba abierto un hilillo de vida, pero daba la impresión de que se preparaba a sus familiares, allegados, amigos y nervionenses en general de que lo peor estaba por llegar. Y al filo de las cuatro de la tarde, la noticia que nunca quisimos publicar. En el mismo día que el gran escritor Francisco Umbral, y justamente 60 años después de que el toro Islero matara a Manolete en Linares, Antonio Puerta dejó de existir.

Y el sevillismo, que vivía momentos felices desde que precisamente Puerta marcase un histórico gol al Schalke 0-4 con su maravillosa pierna izquierda revivió sus peores recuerdos, sus más dolorosas pesadillas. La muerte de Spencer, su primer internacional; el colapso que fulminó en el pontevedrés Pasarón a Pedro Berruezo... Ahora, Antonio Puerta verá a su Sevilla desde Arriba. Descanse en paz.