Un producto más de la Academia del Sporting

Primera | Atlético de Madrid

Un producto más de la Academia del Sporting

Un producto más de la Academia del Sporting

afp

El luso fue criado en la escuela de la que salieron Futre o Figo. Fichó por el Barça sin éxito, pero la campaña pasada el extremo fue proclamado como el mejor futbolista de la Liga portuguesa.

El fútbol vio nacer a Simao Sabrosa en la Escola Diego Cao, el gran surtidor de sietes de la cantera del Sporting de Lisboa. Estos campos han sido la cuna de los extremos más brillantes del fútbol luso: allí crecieron en el gusto por el toque Figo, Cristiano Ronaldo, Quaresma o Futre. Simaozinho mamó desde joven el juego característico de banda, con los ingredientes del dribbling y el centro medido. Con ello, levantó la copa de campeón Sub-16 en el Europeo de Viena en 1996.

Y llegó su momento. El estreno podía haber sido el soñado por aquel niño que jugaba en Vilareal. Sporting contra Salgueiros. Entró al terreno de juego en el minuto 77 y en el 78 ya estaba mandando a la red su primer balón. "La llegada de Simao puede haber sido uno de los momentos más importantes del futuro del fútbol portugués", encunbró el diario A Bola.

La carrera de Simao fue creciendo salpicada de buenas actuaciones. Por ello, recaló en el Barcelona en la 1999-2000. Llegó con la vitola del nuevo Figo, su ídolo y principal valedor. Tras la marcha de éste, el peso de la sucesión sobrevino sobre él. Quizá esa presión y su juventud le atenazaron para no poder demostrar su valía en el Camp Nou.

La marea del fútbol le devolvió a su país natal en la temporada 2001-2002, pero esta vez al Benfica. El extremo les devolvió la confianza con goles y buen juego. 76 goles en 6 campañas, un buen bagaje para el equipo encarnado. Ahora, de nuevo, realiza la travesía Portugal-España. Esta vez a Madrid. Es un extremo consagrado: fue nombrado mejor jugador de la Liga portuguesa en el curso pasado. Lo más sobresaliente de su juego es su desborde y el centro: juego de banda puro. Se asemeja a Quaresma, el otro crack de la liga portuguesa. Sin embargo Simao es más sacrificado, defiende más que el del Oporto. Además, Sabrosa puede concederle al Atlético algo que muchos añoran: el lanzamiento a balón parado.

En cuanto al plano personal, el jugador está muy volcado con su familia. Sobre todo en su dos hijos, Mariana y Martim. A ambos los lleva tatuados en sus brazos.