Sin olvidarme del chileno Suazo, cuyo gol a Brasil rivaliza con la obra de arte de Messi a México, esta es la Copa América de Robinho, Riquelme y Messi. La final dictará sentencia en cuanto al rey definitivo, pero el fútbol es de los buenos futbolistas y los tres nos han alegrado las noches de insomnio. No es fácil elegir entre ellos, aunque desde luego Robinho tiene mérito añadido por rendir en un equipo con tan poco fútbol. Líder indiscutible de este Brasil sin Ronaldinho ni Kaká, cuando él apareció Brasil marcó las diferencias. Esta Copa América le ha dado los galones, ya no es el crío jugón del Santos. Robinho es el líder y como tal lleva la camiseta que más pesa en el mundo del fútbol, la amarilla de Brasil. Messi tiene algo más. Como Robinho también se ofrece pero además las pelea todas, y su cambio de ritmo devastador ha destrozado a los rivales uno tras otro. Más allá del golazo a Paraguay y de su obra de arte ante México, Messi da tal sensación de superioridad que incluso cuando Argentina mete una marcha menos hay aroma de peligro, Messi está en el campo. Ahora ya le considero el número uno del mundo. A Riquelme el torneo le ha devuelto a la cima. Cierto que en Boca se salió y además en partidos decisivos como la final de la Libertadores ante Gremio, pero con Argentina ha diseñado el fútbol perfecto. Lleva cinco goles y dos asistencias. Creo que Argentina ganará la final y por eso el rey de esta Copa será Messi o Riquelme.