Andrés Iniesta ya está harto de descansar. El gusanillo de volver a la rutina le llama y descuenta cada día que queda para volver a vestirse de corto. Con la decepción de no haber podido levantar ningún título serio la pasada temporada, el centrocampista es de esos que sufrió en el momento, pero que decidió que lo mejor que podía hacer era levantar la cabeza. Ayer, sin ir más lejos, hizo público ese sentimiento. Fue en Andorra, donde acudió a un clásico campus de verano organizado por la firma deportiva que le patrocina.
En un tono silencioso, teniendo que estar muy atento a todo lo que su cabeza le dictaba, Iniesta lanzó un mensaje constructivo. "Todos tendremos que comenzar de cero. Esa será la mejor manera de que las cosas comiencen bien y para ello deberemos estar siempre al 200 por ciento", aseguró el canterano y uno de los futbolistas preferidos por Frank Rijkaard.
Pieza clave. La presencia del manchego en los planes del entrenador se pueden ver en las estadísticas, siendo el cuarto hombre más utilizado y perdiéndose sólo un partido de Liga. Ahora, con la llegada de Touré Yaya y con la incorporación de Henry al ataque del equipo, nadie duda que Iniesta seguirá manteniendo su puesto en el equipo inicial, dejando la pelea para otros gallitos.
En relación al aterrizaje de nuevas estrellas en el vestuario, el centrocampista sólo tuvo palabras de elogio. De Henry aseguró que "es uno de los mejores en su posición y lo único que puede hacer es aportar cosas positivas al grupo. Es un placer poder jugar a su lado".
Iniesta es tímido, pero se empapa de todo. Conoce perfectamente a los rivales que se medirá semanalmente, cosa que le permite tener una visión objetiva sobre la posible incorporación de Gabi Milito al Barcelona en los próximos días. "Conoce muy bien el fútbol español y desde que llegó al Real Zaragoza, su rendimiento ha sido altísimo. Sería una magnífica incorporación para reforzar al equipo", apuntó.
Tranquilo. A diferencia de los últimos años, Iniesta está teniendo un verano plácido a lo que ofertas se refiere. Con contrato en vigor hasta 2010, al chico no le han dicho nada, aunque otros años, por estas épocas, estaba en boca de todo el mundo. Lo tuvo medio arreglado con el Real Madrid, pero las elecciones no llevaron a Juan Palacios al trono del Bernabéu. José Antonio Camacho, que iba para director deportivo, estaba loco por su pases y su visión de juego. Pero no sólo en la capital se fijaron en sus evoluciones. Desde Italia e Inglaterra también lo miraban de cerca. Pero este año no. Está bien amarrado por los dirigentes del Barça, que consideran que el futbolista es de los que hacen poco ruido fuera del terreno de juego, pero es de los pocos que lloran de rabia cuando ve que los despistes colectivos hacen que el título se celebre en La Cibeles.
A Iniesta le quedan dos semanas de vacaciones, tiempo que aprovechará para pasarlos entre la playa y el calor de Fuentealbilla. Allí está bien. Pero tiene mono de fútbol, del bueno. Será una de las bazas seguras de Rijkaard al frente de su cuarto proyecto en el Camp Nou. Y él avisa a los nuevos y a los veteranos. Por futbolistas, tienen un equipazo, pero deben ser más serios.
