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Primera | Nàstic - Barcelona

Ronaldinho y tener fe

Vuelve al once el crack culé para decir adiós a la Liga

Fabián Ortiz
Actualizado a
<b>MIRANDO EL TIEMPO QUE RESTA PARA CONOCER AL CAMPEÓN. </b>Frank Rijkaard sabe que su equipo podría haber tirado la Liga. En prinicipio el equipo culé debería haber arrasado, pero el tiempo ha puesto a cada uno en su lugar. El Barça opta al título, cierto, pero también podría pasar a jugar la previa de la Champions League.
enric fontcuberta

Se acaba. Hoy. Antes de que den las once de la noche. El Barcelona que en agosto se aprestaba -según palabras de su presidente- a ganar siete títulos oficiales, se aferra a lo último que le queda para luchar por la Liga y así sumar tres, aunque sólo el último pinte algo en el palmarés (la Supercopa de España y la Copa Catalunya son asuntos menores). Lo único que le queda, por lo escuchado en la semana, es la fe, un concepto tan alejado del fútbol y próximo a la minoría de edad. Milagro, dicen tambi lo que resultaría milagroso sería que el Barça multiplicara los goles a favor, algo que le escasea, paradójicamente, desde que volvieron Etoo y Messi. El guión marca que el Barça debe ganar al Nàstic y encomendarse a los rezos para que el Mallorca evite que el Real Madrid sume los tres puntos que le llevarían a Cibeles.

Adioses.

También se acaba para el Nàstic, que llenará el Nou Estadi para despedir la siempre agridulce aventura de pasar fugazmente por la Primera División. Será una noche de adioses, como mandan los cánones de cada temporada. Adiós a Paco Flores, a Javier Portillo y quién sabe si en el bando culé a figurones con los que sueñan los ricos del continente. Frank Rijkaard, quien tampoco ha dicho seriamente si seguirá en el Barça, ha convocado a los 19 disponibles, no se sabe si como premio o castigo, vista la dudosa implicación de algunos en las semanas últimas. Ronaldinho, suspendido para el derbi, jugará, con lo que el Barça recupera su aspecto habitual, su ahora algo raído traje de gala.

Será también una noche de pequeña revancha para el Nàstic, que se sintió expoliado en la semifinal de la Copa catalana, con dos expulsiones raras. Flores no se esconde: ha dicho alto y claro que lo que más le gusta en la vida es derrotar al Barça. Como siempre recuerda Rijkaard, "estamos avisados". Quedan 90 minutos para que el tren se detenga en la vía deseada por el Barça o se aleje hasta dentro de un año.