"No deben vender humo: la UEFA no es un éxito"

Primera | Atlético de Madrid

"No deben vender humo: la UEFA no es un éxito"

"No deben vender humo:  la UEFA no es un éxito"

alejandro gonzález

Un día antes de que pueda certificarse el regreso europeo rojiblanco, Antic recordó ayer con AS, en Casa Juan, a aquel Atlético que, tras el doblete, brilló en Europa. Para el futuro pide paciencia. Del presente le gusta Torres y poco más. "Hay formas de llegar ahí: con autoridad o sin ella", zanjó.

Dice que no le gustan las comparaciones "porque no puede vivirse de ellas toda la vida", pero en su caso, y hablando en rojiblanco, éstas son inevitables: hace once años Radomir Antic hizo que el Atlético tocara el cielo de Neptuno con la Liga y con la Copa y, ayer, un día antes de que el equipo rojiblanco pueda certificar su regreso europeo, comió con AS en Casa Juan. "La UEFA no ha de considerarse un éxito porque el Atlético debe luchar por la Champions". Nada que esté por debajo es una victoria. Lo explica: "Hay formas de llegar a Europa, con autoridad o sin ella y, este año, el propio Atlético, por su apuesta futbolística, ha descendido su jerarquía en el fútbol español". Aún escuece el 0-6 del Barcelona. Pero no solamente es eso.

"En toda la temporada su nivel no ha sido el exigido por su afición, otra vez más, una de las mejores en España", explica y reparte culpas: "Antes que Europa es preferible promocionar a tres jugadores de la cantera. Ha sido fácil cargarle la culpa de una derrota histórica a un portero con proyección ". Silencio. El serbio es autoridad y aún un símbolo en el Atlético: antes y después de la comida son muchos los que le agasajaron, muchos los que le recordaron aquel doblete.

Unión.

Una anécdota de aquel 1995-96 la comparte, precisamente, con Juan, dueño del restaurante: "En el año del doblete se formó una peña de las mujeres de los futbolistas, con la de Radomir al frente, que un día a la semana se reunían para comer juntas", recuerda Juan. Antic asiente. Su amistad se remonta a 22 años atrás. Y es que una de las claves de aquel Atleti fue su unión: eran un equipo dentro del campo; una piña fuera. "Mi Atlético nunca fue inferior a nadie en la planificación", esgrime. De lo de ayer se le quedó grabado la chispa en los ojos de unas señoras al pasear por Madrid con el título de Liga. De lo de mañana, confiesa una intención, la de regresar al banco rojiblanco: "Nunca cerré la puerta para mi vuelta".

El Atlético dirigido por Antic en la 96-97 tenía hechuras de campeón de Champions, pero un emergente Ajax en cuartos y la mala fortuna le truncaron. También recuerda aquello y comenta: "Fue una forma alta de representar a un grande". Después, en los dos años siguientes, llegaron las semifinales de la UEFA, pero con el 2000 vino el descenso y siete años más tarde aún el club lucha por recuperar su lustre. Del Atlético de hoy le gusta uno: Torres. "Ha sido el mejor una vez más, pero con chispazos, sin regularidad". De lo demás, con poco se queda: "El rendimiento de cada jugador no ha sido, ni se ha acercado, a lo que se esperaba de ellos. No han cumplido las expectativas". Para él, además, ha faltado lo básico: la pelota. "Es difícil que ilusiones con una apuesta donde el balón no es protagonista. El Atlético ha aburrido mucho".

Paciencia.

Antic, que entrenó a los tres grandes en España, sigue "con emoción" el final de Liga. "Para el Madrid, significaría más que ir a Cibeles y, sobre el Barça, creo que nunca hubo un club que siendo primero atravesara tantos problemas internos". El Sevilla le gusta: "Es quien más se aproxima a mis criterios y es a quien menos le presiona su historia...". Para el futuro rojiblanco pide paciencia. El fútbol, como el Atleti, lo lleva en la entra visiona al día "cinco partidos", sigue siendo un entrenador clarividente. "Los refuerzos no se han de hacer en base a una ilusión. Espero que una reflexión ayude a planificar la próxima temporada y no se venda sólo humo. Antes de buscar culpables se debe reconocer una realidad. Debe invitarse a los dirigentes a enfrentarse, sin promesas, a la realidad. Su nivel de juego no ha estado a la altura de un club con sus aspiraciones". Su resumen del año es claro: "Con lo de Europa se olvidaron otros argumentos futbolísticos porque éste se pasó entre lamentos por lesiones y errores arbitrales".