Los penaltis vuelven a fastidiar a los periquitos

El Barça se proclamó anoche campeón de Cataluña al imponerse al Espanyol en la tanda de penaltis. El partido acabó con empate a uno y a los blanquiazules les anularon dos goles por fuera de juego; el primero, anotado por Pedraza (que hizo el gol que valió y también el segundo anulado) fue discutible incluso para TV3. Lo que invita a confirmar todas las sospechas: fue un gol como una casa.

El Espanyol jugó mejor y gozó de muchas más oportunidades que su rival para ganar el partido. Hubo empate a palos, por Coro y Giovanni, pero Jorquera intervino mucho más que Iraizoz, que sigue con la cruz de los penalties a cuestas. No pudo parar ninguno en Glasgow (el Sevilla falló uno porque Alves chutó fuera) y ayer no tuvo nada que hacer ante los certeros lanzamientos de Ezquerro, Giovanni, Belletti, Crosas y Motta. Valverde dispuso que dispararan cinco chicos de la cantera y fue a marrar el de más recorrido en el primer equipo: Ángel mandó la bola por encima del larguero.

El partido fue mejor durante la primera parte. Tras el descanso, acusó el carrusel de cambios. El Barça se apoyó en Motta y Ezquerro mientras los de jóvenes de Valverde buscaban al buen Pedraza de ayer. Moha falló un gol cantado, increíble.

Aprietan los pericos.

Apretaron los jóvenes españolistas buscando el segundo gol locos por evitar los penaltis, fórmula siniestra que les arrebató un título gordo y otro menos en menos de un mes. Les faltó acierto arriba y les sobró un banderazo para revalidar su título. Al final, bromas pericas: "Nos apuntamos al 1-1 en el Camp Nou". Será el sábado.