No diremos que es una final más para el Madrid, aunque quizá lo sea. Ni que se trata del último tren hacia el campeonato, aunque pudiera serlo. Lo que de verdad diferencia a este partido de cuantos le precedieron es que, después de 64 jornadas de Liga, el Real Madrid es el líder, el primero, el jefe. Es decir, que goza de todos los privilegios del cargo, del reconocimiento al respeto, pasando por los coros rocieros y los palmeros en general. O dicho de otro modo: que en lugar de mirar hacia arriba, ahora debe mirar hacia abajo. Escapar en vez de perseguir.

La novedad no es una anécdota. La fabulosa remontada del equipo se ha forjado, en gran medida, como reacción a las críticas, lo que incorporó al instinto de supervivencia un cierto ánimo de venganza. Un pensamiento que se tradujo así: "No estamos acabados y lo vamos a demostrar". No es casual que la recuperación del honor comenzara por ganar, sistemáticamente, a todos los rivales que se presentaron con más fama y más elogios: Barça, Valencia, Sevilla...

Ese impulso nos ha situado ante un panorama nuevo. En estos momentos, nadie osa criticar al Madrid. Emerson es Fred Astaire y Capello un visionario. Un mundo perfecto que sólo plantea la duda de saber cómo reaccionará el equipo ahora que no le pican más espuelas que las de su ambición y su responsabilidad (palabra larga y pesada). Aquí radica otra diferencia: llegados a este punto, ganar la Liga ya no es un milagro, sino un deber.

Si para el Madrid el encuentro tiene una trascendencia extraordinaria, para el Recreativo la importancia no es menor. Al equipo sólo le separan cuatro puntos de la UEFA, competición más seductora que nunca, especialmente para nuestra pujante clase media. Por primera vez en mucho tiempo, la clasificación para este torneo ofrece, además de un premio, una oportunidad.

Para añadir alicientes al choque, el Recreativo ya ha demostrado que puede ganar al Madrid. Lo hizo en el Bernabéu (0-3), cuando se descubrió al mundo como un equipo espléndido y mortal al contragolpe. Del once que deslumbró en Chamartín sólo faltarán López Vallejo, Viqueira y Uche; el primero por problemas físicos, el segundo por problemas químicos (el Levante ha confirmado su fichaje) y el tercero por decisión técnica. Laquait, Barber y Rosu serán los recambios.

Codiciados.

Lo cierto es que el futuro es una nube que se cierne en el horizonte del Recreativo, ya que en el equipo no hay revelación sin una oferta exterior. La esperanza de club y aficionados es que el ánimo por mejorar renovaciones o contratos estimule a sus jugadores. E idéntico argumento sirve para Marcelino, entrenador del año junto a Schuster... con permiso de Capello. Detalle curioso es que el futuro de todos ellos parece relacionado. Si gira Capello, los otros dos encontrarán el sillón caliente.

Deportivamente, el Madrid debe cambiar su fisonomía por la baja de Emerson, lesionado. Su ausencia, sumada a las molestias de Gago, hace que Beckham regrese (tras sanción) para jugar en el pivote. Las bajas no afectan, sin embargo, al tronco de los milagros: en las 20 victorias del Madrid han coincidido Casillas, Diarra y Van Nistelrooy.

El holandés será, de nuevo, el principal referente ofensivo del Madrid. Sus 21 goles (el 38% de los conseguidos por el equipo) han valido 22 puntos y las 14 dianas logradas fuera de casa le dejan a dos de los mejores artilleros históricos a domicilio. Sólo Puskas, Hugo Sánchez y Mijatovic (con el Valencia) marcaron 16 goles en una temporada.

Racha. En el Recre, más que el juego, preocupa la tendencia. El equipo viene de mostrar un gran nivel en el Pizjuán, pero allí sumó su tercer partido sin vencer (dos derrotas y un empate, ante el Athletic). Lo mejor es que no hay nada que cambie el estilo, el optimismo. Lo demuestra una encuesta en la web del club: el 63% de los votantes creen en la victoria y sólo el 30% temen la derrota.

Habrá dos mil madridistas en las gradas y no se espera un ambiente hostil porque Huelva es territorio amigo. El Nuevo Colombino será, no obstante, terreno de exclusión sentimental. Por aquí pasan la Liga y la UEFA. El objetivo final en el momento final.

El detalle: Marcelino volverá a ver el partido desde la grada

Marcelino, que fue sancionado con dos partidos tras su expulsión ante el Sevilla, verá el encuentro de hoy desde la grada. Curiosamente, esto también ocurrió cuando el Recreativo ganó 0-3 en el Bernabéu y en otras tres ocasiones más, todas saldadas con victoria onubense. Rubén Uría, el segundo técnico, será quien dirija al equipo en el banquillo esta tarde.