La plantilla de Osasuna es consciente de la complicada situación que atraviesa el equipo y ayer fue el capitán, César Cruchaga, quien abordó el tema. El defensa parece tener claro que lo que debe hacer el equipo es tratar de levantar la cabeza y olvidar los últimos resultados: "En los tres últimos encuentros se ha visto a un Osasuna desconocido. Es cierto que la eliminación de la UEFA fue un varapalo. El equipo quiere, aunque quizá hayamos perdido las señas de identidad. Ese punto de agresividad que en determinados momentos nos ha permitido ganar a cualquiera, no lo hemos tenido en los últimos partidos".

Cruchaga aseguró ver a sus compañeros comprometidos con el trabajo, aunque también reconoció que el año se les está haciendo muy largo: "La situación no es la misma que a principio de temporada. Ahora la gente está comprometida y queremos sacar esto adelante. Quizá sea que esto se está haciendo muy largo y que todos tenemos ganas de terminar y salvar la categoría. Quedan cuatro partidos y hay que ganar uno. De los equipos implicados en el descenso, somos los que mejor lo tenemos y debemos de ser optimistas".

El capitán rojillo parece tener la clave: "Tenemos que volver a ser el equipo rocoso y duro, al que le hacen pocos goles, que hemos sido el resto de la temporada. Esto tiene que empezar el domingo, frente al Levante". César Cruchaga comentó que les ha resultado complicado mantener siempre el mismo nivel de agresividad.

Trabajo extra para los arietes

Tras disfrutar el martes de la habitual jornada de descanso, la plantilla de Osasuna volvió ayer al trabajo con la mente puesta en conseguir una victoria frente al Levante, lo que prácticamente aseguraría la salvación. Los rojillos llevaron a cabo una dura sesión de trabajo en la que se pudo apreciar la intensidad con la que se ejercitaron los componentes de la plantilla. Especialmente dura resultó la sesión para los delanteros, ya que Ziganda programó trabajo extra para ellos.