"Si no hago deporte, la palmo"

Reportaje | Un deportista de leyenda

"Si no hago deporte, la palmo"

"Si no hago deporte, la palmo"

Marcelo Campanal, el futbolista-atleta. El mejor central en la historia del Sevilla tiene en la trastienda una historia de deportista total para el que la edad no supone barrera, ni siquiera tras haber cumplido los 75 años. El mes pasado consiguió cuatro medallas de oro en los campeonatos de España de atletismo para veteranos, pero hace dos años había logrado cinco. El boxeo y el tenis forman parte también de sus devociones.

Marcelino Vaquero González ha pasado a los libros de historia del fútbol como Marcelo Campanal, pero su carrera balompédica discurrió jalonada por otro montón de apodos diferentes: de fenómeno meteorológico (El huracán de Avilés); de mito epopéyico tras un partidazo con la Selección ("el héroe de Turquía") y como protagonista de cómic para la inefable hinchada sevillista, que le llamó en aquel tiempo "El Capitán Maravillas". Medio siglo después de su mejor época como central del Sevilla, Marcelo se hace acreedor a otro mote, por no decir título, mucho más contundente y oportuno: el de Supermán. Campanal, al que también denominaron en los 50 "el futbolista-atleta", sigue coleccionando medallas tras cumplir los 75 años. "Llevo más de 100 en Asturias y 50 en España, entre campeonatos y subcampeonatos", dice uno que hace apenas un mes logró sus últimas cuatro medallas (de momento), en el torneo español de atletismo para veteranos. Longitud, triple salto, peso y disco: "Hace dos años, en Sevilla, conseguí cinco. Esta vez me faltó la pértiga", relata el supercampeón.

Rodilla deshecha. De cinco a cuatro medallas. Debe ser que los años no pasan en balde: "No estaba seguro de coger la pértiga, tengo una rodilla deshecha por el montón de secuelas que me dejó el fútbol. Hace cuarenta años los médicos me dijeron que o me ponía una prótesis o acabaría en silla de ruedas. Y no acertaron: sigo sin parar un solo día".

"En realidad, tendría que competir con los discapacitados, vista mi pierna. Juego al tenis dos veces por semana, ando mucho y también hago atletismo con mi entrenador personal, Nacho Riesgo". Nacho, el treintañero que acompañó a Marcelo en un reencuentro con la pértiga del que fue testigo AS, fue antes pupilo que conductor. Y aún se sorprende con los prodigios de su ex maestro.

"Mi familia me riñe, mi mujer no quiere que haga estas cosas. Eso sí, el día que deje de hacer deporte, la palmo. Sólo lo dejaré si me quedo paralítico, o vegetal". La afición va ya para 60 años. Con 16, Marcelo comenzó en las calles de Avilés "como un autodidacta" y su amor por el atletismo -"y el boxeo, que practicaba también en mis ratos libres"- no se disipó durante sus larga carrera con el balón en los pies. En aquellos 50 era frecuente ver al central convertido en atleta de elite, haciendo exhibiciones y superando a los campeones de longitud y altura en torneos nacionales: "Pero mis récords no se homologaban, porque yo era futbolista profesional".

Una vez retirado llegó el tenis, con dos campeonatos de dobles en Asturias, sin sitio ya para tanto trofeo. Aunque él sólo se vanagloria de una cosa "la dedicación extrema" interrumpida únicamente por unos pocos ratos de tregua en el paraíso: el Real Balneario de Salinas. Allí Campanal se pega los pocos homenajes que le deja una vida que él relata como "de monje. No fumo, ni bebo. Duermo 12 horas, lo que sería fatal si no hiciera deporte. Si los futbolistas de hoy descansaran más, no tendrían tantas lesiones". Toma nota, Ronie.

Sus logros, en la red: marcelocampanal.com

Pasa de los 75 años, pero se ha adaptado a los nuevos tiempos hasta el punto de disponer de una página web personal con un diseño vanguardista, aunque sobre fondo negro y color sepia. En www.marcelocampanal.com se puede repasar la biografía, los éxitos y las últimas noticias de este deportista incombustible.