El Atlético protagonizó ayer una bonita tarde de fiesta enmarcada en la Semana de la Mujer Trabajadora. Enrique Cerezo y el Féminas visitaron el pabellón de mujeres de la cárcel del Alcalá Meco, donde el equipo rojiblanco disputó un partidillo contra un conjunto de la cárcel. Aunque el Atleti ganó 2-8, todas terminaron encantadas.
El ambientazo en el pabellón de la cárcel era emocionante. Poblaban las gradas 180 reclusas que, lideradas por un animador, no paraban de hacer la ola, bailar y jalear a las suyas: "Ese Meco, o ese Meco, oé". Cuando entraron Enrique Cerezo y Juan José Güemes, consejero de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid, fueron jaleados como si Brad Pitt y Jude Law llegaran a un baile de instituto. Risas y más risas.
El presidente rojiblanco regaló a las reclusas una camiseta firmada por la primera plantilla masculina y se mostró encantado con la experiencia: "Por gente tan maravillosa como las que están aquí merece la pena acudir. Este tipo de actividades son muy bonitas para que la gente pueda disfrutar y así lo hemos hecho". Cerezo se comprometió con varias reclusas a invitarlas al palco del Calderón la temporada que viene para presenciar un partido europeo del Atlético.
Raquel, una de las presas que disputó el partidillo, estaba exultante: "Ha sido genial. Lo mejor de todo es que Sonia (futbolista del Féminas) me ha regalado su camiseta del Atleti y yo soy la más colchonera de todo el centro. ¡Desde la cuna! Ver estos colores tanto por la tele y ahora tenerlos aquí ha sido muy emocionante, espero que se repita pronto". Lucy, otra de las reclusas, explicaba que estas jornadas son siempre especiales: "Estos días no son tan atípicos y eso es bueno para nosotras. Ha venido el circo, hay fiesta en Carnaval... Pero lo de hoy se agradece mucho, es muy simbólico para las mujeres".
Lola Romero, presidenta del Atlético Féminas, resumió el mensaje de solidaridad entre las mujeres que presidió la tarde: "Queríamos demostrar que las mujeres formamos un bloque. Venir aquí, ayudar y animar a las reclusas ha sido algo que siempre recordaremos. Al final, cuando ellas se estaban haciendo una foto juntas, ha llegado nuestro equipo y se ha tirado encima de ellas por sorpresa y entre risas. Ha sido algo simbólico de lo que somos: una piña".