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Primera | Real Madrid - Getafe

El Getafe se cruza en el desafío del Madrid

Schuster amenaza a Capello. Luego vendrán Bayern y Barça

Actualizado a
<b>CASSANO, EN EL ONCE. </b>El italiano volverá hoy a la titularidad, algo que no sucedía desde el Getafe-Madrid de la primera vuelta.
jesús rubio

La última vez que Getafe y Real Madrid se enfrentaron, en la primera vuelta, la derrota madridista provocó la primera crisis de fe en el proyecto de Capello. La última vez que estos equipos jugaron en el Bernabéu, hace poco más de un año, la victoria blanca no impidió la destitución de Luxemburgo. Hay más. Hace ya dos temporadas, el estreno del Madrid en el estadio del Getafe se saldó con otro resbalón traumático, agravado por la eliminación en la Champions.

La coincidencia de terremotos no es casualidad. Señala que el madridismo dedica una consideración especial al Getafe. No es un rival cualquiera. Al igual que le ocurre con el Rayo (verdugo de Valdano, una tarde de 1996), el madridista siente al Getafe como un elemento de contraste. Se trata de un particular ejercicio de humildad al que se somete el club más poderoso del mundo. Como si contra estos vecinos la desigualdad de medios resultara tan evidente, tan cercana y tan comprobable, que por ello quedara prohibida la menor demostración de pereza o arrogancia. Contra pocos adversarios hay mayor exigencia. Aquí no vale sólo ganar: hay que demostrar la diferencia.

Aunque inevitablemente la comparación de los recursos sobrevuela el partido (los presupuestos, los sueldos...), en el césped la disputa se presenta intensa e igualada. Y es que pese a disputar su tercera temporada en Primera, el Getafe ha pasado en tiempo récord de equipo novato a equipo moderno, sobriamente elegante, como uno de esos clubes del gran Londres (hasta seis en la Premier), pero encajado en el Madrid que se desparrama.

Esa modernidad del Getafe (club y ciudad) se refleja hasta en los pequeños detalles, como los aviones que se dibujan en la mitad del escudo, recuerdo de la tradición aeronáutica de la zona, donde se ubicó el aeropuerto de Madrid hasta 1932.

No obstante, más allá de los detalles, existe una frescura espiritual que nace de la apuesta de su presidente por los entrenadores jóvenes y con la carrera por hacer. Lo fue Quique Sánchez Flores y lo es ahora Bernd Schuster, cuya transformación de divo del fútbol en maestro zen todavía nos asombra. Tanto como su inmersión en el entorno. Con el tiempo, Schuster se ha integrado en nuestro país como los japoneses que se hacen toreros o los yanquis que cantan flamenco. Con arte y gracia de perro verde y ratón colorao. No es raro que los socios del Madrid elijan un entrenador así, con el futuro despejado, con el palmarés por delante y no por detrás. Un fichaje, además, que le arrebataría algo al Barcelona y que rompería en favor del Madrid ese equilibrio afectivo que Schuster reparte con Barça y Atlético. Iniciada la cuenta atrás para la sucesión, su encuentro con Capello incluye morbo y pulso particular.

Democracia.

Vayamos al encuentro. Primero, el Getafe se presenta a siete puntos del Madrid, lo que nos da idea del campeonato tan democrático que vivimos. Segundo, sale a escena con bajas considerables, concentradas en el centro de la defensa. Allí, los ex madridistas Pulido y Tena relevarán a Belenguer y Alexis (pro madridista). Desde esa línea hacia delante también hay caras nuevas. Juan Albín, un prometedor uruguayo de 20 años, ocupará un lugar en la delantera, aprovechando la ausencia de Verpakovskis, Paunovic y Del Moral. Su pareja será Güiza (siete goles, seis en casa), que ejercerá como punta de lanza y se peleará con su famosa inconstancia, con esa fragilidad de carácter que le deja en la mitad de lo que puede ser.

En el Madrid, las cuitas habituales. Para empezar, Emerson se borró del partido porque el público no le entiende, pobre. Lo más extraordinario es que Capello, tan severo en otros casos, actúa de cómplice. Aunque nadie echará en falta a Calimero, el asunto es más grave porque Diarra y Guti son baja por sanción. Así las cosas, Beckham y Gago formarán en el doble pivote, igual que ante el Bayern. De la Red estará en el banquillo. Es fácil que al chico le desconcierte el mundo de los adultos.

Cambios.

Roberto Carlos pasará hoy mismo una prueba para conocer el estado de sus molestias musculares, aunque el rumor de la Champions aconseja no arriesgar. La ausencia de Raúl permitirá a Cassano regresar al once. La última vez que fue titular jugó, precisamente, contra el Getafe.

Todo es cíclico y nada es casual. El nombre de Getafe procede del término árabe jata, que significa "camino largo". Eso es justo lo que le espera al Madrid a partir de esta tarde. Después vendrán el Bayern y el Barça, la temporada entera escondida detrás de este vecino que sonríe.