Los vascos, la fuerza verdiblanca

Yo digo | J. Ramón Esnaola

Los vascos, la fuerza verdiblanca

Durante 33 años formé parte del Real Betis Balompié, 12 como jugador y 21 como técnico. Casi un tercio de la historia de este club, que cumple en 2007 su Centenario. Me siento orgulloso de haber sido el futbolista del Betis que más partidos ha jugado entre Primera y Segunda División, y también de haber defendido su portería más 300 ocasiones en la máxima categoría. Desde que llegué de la Real Sociedad, los béticos me trataron con cariño y mucho respeto, porque son una afición única. Los jugadores vascos siempre fuimos fundamentales y logramos cosas importantes en el equipo verdiblanco, así que me parece fenomenal que haya un homenaje. Ahí queda la Liga de 1935, con nada menos que seis vascos, y también la Copa del Rey de 1977 bajo la batuta del gran técnico que fue Rafa Iriondo.

Ahí queda la aportación de futbolistas que también marcaron una época, como Eusebio Ríos. Pero hay mucho más. Resulta muy curioso conocer que, justo antes que yo, recalaron en el Betis dos futbolistas que pertenecían al equipo de mi pueblo, Andoain, un lugar con apenas 15.000 habitantes. Ellos, Arrieta y Goikoetxea, forman parte asimismo de esa legión de futbolistas que, aunque algunos no hayan pasado a la historia con grandes titulares en los periódicos, contribuyeron con su granito de arena a una mezcla especial que permitió al País Vasco ser una parte importante en el devenir de un equipo que está a casi 1.000 kilómetros de distancia. Los jugadores sevillanos aportaban clase y toque; los vascos ponían la fuerza y la garra necesarias.