El parón liguero llegó en un momento inoportuno para David Beckham. Consciente de que el día 1 podrá negociar con quien quiera, el inglés hubiera deseado encontrar en noviembre o diciembre el ritmo adecuado que le hiciera uno de los habituales del once titular para así firmar un nuevo acuerdo con el Madrid mucho antes. Pero no ha sido hasta hace un par de semanas cuando empezó a sentirse importante para Capello. Un par de lesiones, una inoportuna sanción y el tiempo que le ha costado al italiano descubrir el valor de Beckham han impedido que las cosas salieran como hubiera deseado el inglés. Ahora le gustaría que todo se solucione antes de finales de febrero: para entonces debería saber definitivamente si Capello cuenta con él o no.

Los casi 20 clubes que se pusieron en contacto con sus representantes (a los que en los últimos días se ha unido el Bolton de Sam Allardyce y el Marsella si Sven Goran Eriksson acaba convirtiéndose en su preparador) recibieron la misma respuesta: vuelvan en enero. En las próximas semanas empezaran a conocer los detalles de las ofertas procedentes de la Liga inglesa, de la escocesa, de la italiana, de la francesa, de la norteamericana e incluso de la ucraniana. Pero no se negociará nada hasta que el futbolista decida qué hacer.

La relación con Capello ha pasado por varias etapas. Al principio, hubo cierto distanciamiento del italiano con algunos jugadores, incluido el inglés: era el modo de establecer su autoridad. A finales de octubre, Capello creyó ver detalles de un Beckham más centrado o, al menos, con la sensación de haber aceptado finalmente su dimisión como capitán inglés y el hecho, dolorosísimo para él, de que Steve McClaren no cuenta con él para la selección (ni contará, una decisión más política que futbolística).

De repente, Capello habló con el jugador a diario y le hizo ver que le quería para tapar huecos, pero también para enlazar con la delantera. Le probó por el centro y por la derecha, y acabó satisfecho. Pero como hasta el partido ante el Sevilla (contó con Beckham de titular) no se encontró con una plantilla disponible en su totalidad, ha costado saber con certeza qué plan tiene con el inglés.

La sospecha es que le utilizará más en la segunda parte de la temporada: la lesión le frenó cuando al resto de internacionales les pesaba el virus mundialista, con lo que anda fresco; la recuperación de Ronaldo beneficiará su juego de pase; y la falta de confianza en Robinho y Reyes deja un hueco para un centrocampista que sepa encontrar a Van Nistelrooy.

No todo lo que ha hecho el Madrid ha beneficiado un acuerdo rápido: Calderón habló demasiado de renovar al jugador mucho antes de sentarse con el futbolista por primera vez, y no se respetaron los acuerdos alcanzados con el régimen de Florentino, con lo que las negociaciones empezaron de cero con el nuevo presidente. Pero si Beckham juega, se queda: con eso sueña.