El Hamburgo salió en claro plan de sacudirse de la crisis por la que atraviesa y las buenas intenciones cuajaron casi desde el comienzo.

Los alemanes se fueron en ventaja ya en el minuto 4 con un gran gol del holandés Rafael Van der Vaart que dejó sin opción alguna a Jens Lehmann.

El gol tempranero de Van der Vaart pareció poner nervioso al Arsenal que, pese a tener una clara superioridad en cuanto a la posesión de pelota, mostraba falta de claridad para llegar a la portería de Stephan Waechter.

En defensa, el Hamburgo hacía su mejor partido de la temporada y el Arsenal se estrellaba cada vez que trataba de llegar jugando por el centro.

Algo mejor le iba cuando intentaba desbordar por las bandas, aunque las únicas ocasiones que tuvieron los londinenses en el primer tiempo fueron producto de situaciones aisladas.

Las primera fue una jugada individual de Alexandr Hleb que terminó con un remate contra el larguero y la segunda un enredo que se produjo después de un saque de esquina debido a un error de Waechter que fue el origen de una carambola en la que uno de los defensas hamburgueses tuvo que sacar el balón de cabeza de la raya de gol.

Otra arma que anunciaba peligro eran los lanzamientos de falta de Thierry Henry. En dos ocasiones, una todavía en el primer tiempo y otra al comienzo de la segunda parte, los cobros de Henry pasaron muy cerca de la portería de Waechter.

En todo caso, en la segunda parte el Arsenal pareció salir más afinado y parecía consciente de que debía buscar con más frecuencia las bandas.

Sin embargo, fue una combinación por el centro, típica del Arsenal, como llegó el empate. Fue una gran jugada de conjunto iniciada por Hleb y continuada por Cesc Fabregas a quien hay que atribuirle un alto porcentaje del gol por el pase que le hizo a Robin Van Persie dejándolo sólo enfrente de Waechter.

El gol mejoraba un poco las cosas -y el Arsenal también había mejorado- pero era claro que el empate no era suficiente: Arsenal necesitaba la victoria, debido a la situación de su grupo, y el camino hacia ella no estaba aún claro.

En el 74 Fabregas estuvo a punto de llevar tranquilidad con un remate de media distancia que se estrelló en el larguero pero el Hamburgo también ataca y, aunque esporádicamente, generaba zozobra.

Al final, una jugada individual de Emanuel Eboe, ya en el minuto 83, por la banda izquierda, trajo la redención para el Arsenal.

Eboe, casi llegando a la raya de fondo, remató a puerta y el balón se metió en la portería tras pegar en la mano de Waechter que estaba esperando un centro.

El Hamburgo siguió en plan de salvar el honor y se lanzó a buscar el empate con lo que quedó bastante desnudo en defensa y eso trajo el tercer gol, en un contragolpe que culminó el brasileño Julio Baptista con un cabezazo a puerta vacía.

Pese a la victoria, al Arsenal le queda una herida y esta es la tarjeta amarilla que vio Thierry Henry que trae consigo una sanción para la próxima jornada.