Crisis abierta en el Milán. Berlusconi está que trina con el entrenador, Ancelotti. Los jugadores rossoneri tampoco están contentos, y en especial Kaká que ahora debe estar lamentando no haber fichado por el Real Madrid. Se buscan soluciones de urgencia, algunas incluso rocambolescas. El dueño del Milán, Silvio Berlusconi, estaría incluso dispuesto a repescar a Andriy Shevchenko, quien tras el Mundial se marchó al Chelsea después de que unos tifosi le dieran un susto a su mujer, Kristen. El regreso del hijo pródigo pararía dos golpes: las protestas de la afición y el malestar de Kaká, que clama por un goleador que aproveche su fútbol. Desde que se fue el Zar Sheva nada ha sido igual para él.
Berlusconi está preocupado por la marcha del equipo y es el primero que aboga por un cambio de entrenador. Pero no son de la misma opinión sus dos primeros ayudantes, Adriano Galliani y Ariedo Braida, quien se ha ido a Brasil e intenta allí las contrataciones de Evaldo y Lucas, dos jugadores del Gremio.
Ancelotti tiene contrato en vigor con el Milán hasta junio de 2008, que es justo cuando Van Basten podría dejar la selección de Holanda con la que ahora trabaja para meterla en la Eurocopa de Austria y Suiza, que se celebrará en el verano de ese mismo año.
Braida y Galliani sí defienden esta tesis, puesto que son partidarios de que el banquillo del Milán recaiga sobre un ex jugador de reconocido prestigio. Ya cuando el equipo perdió la final de la Copa de Europa ante el Liverpool en Estambul se habló de Roberto Donadoni como sucesor de Ancelotti, pero Donadoni está ahora con la selección. Otro que no puede atender la llamada de Berlusconi.
El tercero en discordia es Rijkaard, pero como los anteriores no lleva puesto el cartel de libre. Si le hubieran tanteado cuando Laporta le quiso defenestrar...
Así está el patio. Y la única razón por la que de momento sigue Ancelotti es porque no le han encontrado un sustituto adecuado. Claro que una nueva derrota podría precipitar su caida incondicional, y entonces se buscaría un entrenador de transición que saque a flote un equipo cuajado de estrellas que se estrella en la Liga (es cierto que comenzó con -8 por el Moggi-gate, pero aún así ya está a 20 puntos de distancia de los líderes, Inter y Palermo) y que sólo mantiene el tipo en la Champions, una competición que entrará muy pronto en su fase decisiva.
Y Moratti mete el dedo en la herida
Por si fuera poco el lío que se vive en el Milán, ayer llegó un dardo por cuenta del vecino. Massimo Moratti, que ha estado durante años a la sombra del todopoderoso equipo rossonero, dijo que "el Inter tiene que seguir a su ritmo, porque mirar hacia abajo sólo produce vértigo. Sé que el Milán está en una situación complicada, como lo hemos estado nosotros otros años. Ellos sabrán cómo resolver su problema". El presidente del Inter sacó pecho a cuenta del rival, algo especialmente doloroso cuando hay tanta rivalidad.
