Los últimos diez minutos del Inter serán una pesadilla que retumbará en la cabeza de su entrenador, Mancini, que se ve en la cuerda floja por las trastadas de Ibrahimovic y Grosso, justamente expulsados anoche ante el Bayern de Múnich por dos acciones incomprensibles y violentas. El Bayern, contra nueve, no desaprovechó la ocasión de ganar en el Giuseppe Meazza. Hasta el tramo final el partido fue muy igualado. Figo y Crespo dispusieron de buenas ocasiones que desbarató Kahn, mientras el bloque alemán salía rápido al contraataque.
Según pasaban los minutos cundía el nerviosismo en el Inter y en su entrenador, muy alterado en la banda y quizá consciente de que su futuro es negro. La derrota de anoche deja a su equipo en una situación casi insalvable en la Champions, con dos derrotas, cero puntos y último de su grupo. El Bayern, por contra, pone la directa y ya tiene media clasificación en el bolsillo.