El Madrid se sube al AVE de Reyes

El Madrid se sube al AVE de Reyes

Después de un año dándole vueltas al tema de su inesperada insuficiencia, Fernando Morientes llegó a la conclusión de que le faltó alegría en Inglaterra. José Antonio Reyes no hizo el mismo proceso mental pero se le torció el gesto al poco de llegar: la cesión al Madrid le ha servido para dar por acabado su enjaulamiento (así lo vivió). Pero para los que dudaban, ahora además se ven claramente los razonamientos futbolísticos que le han traído al Bernabéu: nadie tiene su velocidad, verticalidad ni capacidad de desborde en la plantilla blanca.

Se explicará este inicio de temporada como un lógico e injustamente criticado periodo de ajustamiento (en el que se fueron creando pequeñas sociedades, aprendiendo de memoria los movimientos propios y ajenos, separando los suplentes de los titulares, etc.) que salvó Reyes. Ayer se vio que casi todo el mundo se ha subido ya al AVE en el que ha ido montado el utrerano desde su llegada, pero fue él el que vio antes que nadie los pasillos disponibles, primero por la derecha y luego por la izquierda, el que asistió a Raúl en el segundo tanto y remató el encuentro con el tercero (tras un buen pase de Diarra desde la banda) que, ya sin el extremo, fue una mera anécdota.