Caos absoluto tras el partido del Calderón

"Yo sólo quería ver a Agüero, pero si sé que se va a montar este pollo, me quedo en casa y lo veo por la tele". Quien decía esta frase era un sufrido seguidor rojiblanco que, hijo en mano, quería entrar en una atestada boca de metro de Pirámides (la gente esperó hasta una hora en las dos entradas para poder acceder) para llegar a su domicilio. Otros, mi caso, queríamos llegar a nuestros coches, pero la verdad es que tras el encuentro, el caos se adueñó de los alrededores del Calderón. Vallas de plástico que cortaban el Paseo de los Melancólicos originando un monumental tapón, coches que bajaban en una más que repleta calle buscando una salida ante la falta de Policía Municipal, pero lo peor estaba aún por llegar. Una vez alcanzado el vehículo, un formidable atasco en el Paseo de las Acacias (las obras de la M-30 nos llevaron a todos a la misma encerrona) nos retenía por espacio de dos horas en las que los coches apenas se movían, los claxon no dejaban de sonar y el nerviosismo aparecía continuamente entre los conductores... Mi odisea concluyó dos horas después, pero me temo que esto va a ser así todos los días que juegue el Atleti...