Algunas coincidencias, pocas. Ninguno quiere creerse el resultado de la primera jornada. No son eso. O, al menos, es lo que dicen. Especialmente, sus respectivos entrenadores. El Madrid empató a cero contra el Villarreal porque no está lo suficientemente rodado y el Levante fue goleado por el Sevilla (4-0) porque cuesta ensamblar un equipo. Las excusas seguirán valiendo esta noche, pero ya no se las creerá casi nadie.
Los rivales también se parecen en que estrenan entrenador, y por aquí hay morbo. El del Levante, López Caro, lo fue del Madrid y su estadística es mucho más lucida que la impresión que dejó. Ganó 33 partidos y perdió seis, algunos de los más importantes. Su estilo encajó mal en un club en el que no basta ser honrado; también conviene recitar sonetos.
López Caro reclamó tiempo y el crédito que se concedía a esos entrenadores que igual podían hacer una alineación que anunciar Varón Dandy. No tuvo ni tiempo ni crédito ni gracia, pero debe agradecer la oportunidad. Gracias a ella ha pasado en dos años de la Segunda B a ser contratado por un Primera. Y no olviden que antes de fichar por el Levante se permitió el lujo de rechazar al Racing.
Su reto es descomunal, pero dispone de una plantilla más moldeable y gozará de cierto crédito. Tampoco demasiado, ojo, porque ya sabemos que Valencia no es la ciudad de la paciencia. Perdón por la rima.
Con Capello sucede que hay que aprovechar para criticarlo cuando no está, porque cuando aparece es capaz de convencerte. Sus palabras transmiten la seguridad que no provocan algunas de sus decisiones y su actitud general es de una confianza apabullante, como si en lugar de gafas llevara prismáticos. Le refrendan los resultados de una carrera plagada de éxitos. El temor es que siempre hay una primera vez. También para estrellarse.
En el Madrid la principal novedad es la entrada en el equipo de Ramos, que desplazará de la defensa a Bravo. El resto de los titulares serán los que jugaron contra el Villarreal, Guti en el banquillo y Robinho más al fondo. Es pronto para que esto se convierta en un problema, pero el asunto se agravará cuando Reyes esté en condiciones de ser titular. Ni les cuento la que se puede armar cuando Ronaldo esté en condiciones de reaparecer. Si el entrenador es fiel a su gusto por jugar con dos puntas, saltará otra estrella. No adelantemos acontecimientos.
Dando por seguro que el Madrid sabrá cómo defenderse, la incógnita es saber si Emerson y Diarra conseguirán darle ritmo a la salida del balón, algo que no consiguieron en su debut. En ausencia de Guti, la participación de Cassano será fundamental si hay atasco. El gol dependerá de la capacidad del equipo para surtir de balones a Van Nistelrooy. Aunque siempre puede surgir Raúl. Sólo le llevamos esperando desde octubre de 2005, cuando logró su último tanto en Liga.
La situación del Levante es más comprometida. Para quien acaba de ascender una goleada en contra es sal sobre las heridas. Los miedos son lógicos, pero hay que reconocer que el Sevilla le puede propinar una tunda a cualquiera. En el caso del Levante, el buen fútbol es todavía una prueba de fe. Se han fichado nueve jugadores y la mayoría andan por la treintena. La idea ha sido contratar experiencia para evitar desplomes como el de hace dos temporadas.
Se espera magnífica entrada, a pesar de que el encuentro ha sido declarado día del club (entradas entre 120 y 65 euros). Aunque la venganza no es un impulso muy caritativo, López Caro puede contestar a todos los que dudaron. En manos de Capello está convertir a todos los que dudan.
Raúl nunca marcó al Levante y lleva 11 meses de sequía
Raúl tiene una cuenta pendiente con el Levante ya que es el único equipo, junto al Getafe, al que no ha conseguido marcarle nunca un gol. El siete intentará anotar esta tarde y romper así su mala racha de cara a la portería, que le persigue desde que marcó el último gol oficial con el Real Madrid, el 26 de octubre de 2005 ante el Deportivo en Riazor (3-1).
