El equipo de Morten Olsen, que ya había dejado una gran impresión en sus amistosos frente a Polonia y Portugal, firmó en el primer parcial una de las mejores actuaciones que se le recuerdan en los últimos tiempos.

Con Gravesen y Poulsen barriendo todo el centro del campo y una dinámica línea de medios, Dinamarca ahogó al rival con una fuerte presión adelantada que luego adornó con un fútbol rápido y combinado que, por momentos, desarboló a los locales.

A los cinco minutos, en la primera ocasión clara, el "sevillista" Poulsen mandó un envío perfecto a Rommedahl, que solo dentro del área cruzó el balón ante la salida de Arason.

Las ocasiones danesas se fueron sucediendo: un trallazo de Kahlenberg que detuvo el portero, un lanzamiento esquinado de Joergensen y una doble ocasión increíble de Kahlenberg y Tomasson, que este último no supo finalizar cuando sólo un defensa guardaba la portería islandesa.

Sí lo hizo pocos minutos después al aprovechar una contra de libro: desplazamiento perfecto de 30 metros de Gravesen para Rommedahl y pase de la muerte de éste para el delantero del Stuttgart, que no erró a puerta vacía.

Islandia, que no había hecho nada hasta entonces, apareció tímidamente en un tiro de Thorvaldson que paró Soerensen sin problemas y que fue de lo poco destacable de los locales en este período.

Con el marcador decidido, Dinamarca se dejó llevar frente a un rival que puso algo más de garra, pero que siguió sin crear ocasiones claras.

El "barcelonista" Gudjohnsen, que tuvo una actuación gris, se jugó la segunda amarilla al rematar a gol una jugada cuando el árbitro ya había pitado fuera de juego.

Los daneses pudieron marcar en alguna contra aislada, en especial en una de Kahlenberg, pero no se esforzaron más por engordar un triunfo que deja clara la diferencia de calidad entre los dos equipos.