Hace unos días, David Beckham quedó con Victoria en que le iría a recoger a unos grandes almacenes en Londres, donde su mujer negociaba los derechos de un libro que quiere publicar pronto. Ella coincidió allí con Freddie Shepperd, el presidente del Newcastle, que ese mismo día había recibido noticias pesimistas sobre el futuro de Owen (podría estar hasta un año fuera de los terrenos de juego tras lesionarse en el Mundial).

Al día siguiente, el club inglés volvió a relacionarse con una gran estrella del fútbol, coincidiendo con una mala noticia, como ocurre a menudo: una foto mostraba a Shepperd saliendo de los almacenes, otra a Victoria. A David no se le pudo coger porque esperaba en el parking. El Newcastle no sólo prefirió no negar la historia ("no comentamos sobre especulaciones", se leía en una nota oficial), sino que alguien cercano a Shepperd llegó a sugerir que el Newcastle estaba en negociaciones con Becks.

Cuando el centrocampista inglés se enteró de la historia le entró la risa: ni siquiera se había cruzado con el presidente del Newcastle. Además, la semana pasada uno de sus colaboradores más cercanos, que debía pasar unas horas en Madrid, recibió la llamada de Ramón Calderón, el nuevo mandatario blanco, con quien se encontró para mantener el primer contacto directo desde el cambio de poder.

El mensaje de Calderón fue rotundo: vamos a sentarnos ya porque el Madrid quiere que Beckham continúe al menos dos años más en el club. Pese a la incertidumbre del proceso electoral, el inglés nunca ha cambiado de idea: desea quedarse. Ha seguido las elecciones, las apuestas de cada candidato y se ha mostrado en privado muy optimista sobre la próxima temporada: Capello es un ganador, amante de la disciplina y el trabajo duro. En la misma onda que Beckham, vamos. La falta de interés por adquirir a Cristiano Ronaldo son también buenas noticias para el inglés: se cuenta claramente con él para la banda derecha.

Agosto. Lo complicado será juntar las agendas del presidente con los representantes de Beckham, en especial, Terry Byrne, su amigo y asesor, y Simon Fuller, el ex agente de las Spice Girls que negocia los contratos del futbolista. No hay prisa porque, como avisó Calderón, lo que urge es cerrar la plantilla, pero han quedado a finales de agosto para cerrar en pocos días un acuerdo cuyas bases (dos años más, que alargarían su contrato hasta el 2009) ya se establecieron con el ex presidente Fernando Martín. Beckham, pues, permanecerá en el Madrid.