"Cannavaro fue el mejor del Mundial"

Capello

"Cannavaro fue el mejor del Mundial"

"Cannavaro fue el mejor del Mundial"

Fabio Capello se plantea un objetivo: "Volver a ser protagonistas"

Nació hace 60 años en Trieste, "casi en la frontera con Yugoslavia" (actual Eslovenia), pero su aspecto es romano, romano clásico, senador o centurión, que para ambas cosas hubiera valido. Su mentón es de mármol y sólo las gafas de montura azul le dan cierta modernidad a su rostro. Ha perdido rizos, pero todavía no peina canas, y estoy por asegurar que tampoco utiliza esos tintes que dejan las cabezas acharoladas o con reflejos caoba. Por lo demás, favorecido por una robusta delgadez, luce ese desaliño que los italianos han convertido en moda. El nudo de la corbata (exquisita) se le deshace adecuadamente, viste pantalones de sport (ahora se dice casual) y calza unos zapatos que ya descubrimos en Sacchi y ya nos asombraron entonces, negros, deportivos, con la suela de goma, perfectos por si se organiza un partido o por si toca volver andando a casa.

Capello habla despacio porque evita hacerlo en italiano y porque busca la palabra adecuada en castellano; si no la encuentra, pregunta. Y la graba en la memoria. Por si nos cabían dudas, es perfeccionista, preciso.

Diez años después de entrenar al Real Madrid, Capello regresa "muy ilusionado", deseando trabajar. "Han sido unas vacaciones largas y tribulatas... cómo se dice, atormentadas, eso, atormentadas". Se refiere, naturalmente, al escándalo que azota al fútbol italiano de clubes y que amenaza con descender, entre otros, a Juventus y Milán, dos de sus equipos.

Volver a Madrid era una asignatura pendiente para quien en apenas un año se sintió completamente identificado con el club y con el país. "Cuando sale este asunto siempre se habla del jamón, pero hay muchas más cosas que me gustan de España. Creo que Madrid es, en estos momentos, la mejor ciudad de Europa para vivir. Mi mujer ya decía entonces que era el mejor lugar al que podíamos haber ido".

Capello mantuvo una casa en Marbella y el propósito de entrenar de nuevo "al mejor club del mundo": "El Madrid se siente en el interior, es un club único. Esa camiseta blanca... Di Stéfano... yo le vi jugar. No es raro que todo el mundo quiera venir aquí".

Seguramente por eso a Mijatovic no le costó mucho convencerle. Pedja había coincidido con él en el Madrid en 1996 y tenía claro que era el entrenador más listo con el que se había encontrado.

"Durante la campaña electoral se puso en contacto conmigo, nos llevamos bien. Luego vino a verme Pantelleria, una isla volcánica a 50 kilómetros de Túnez, donde tengo una pequeña casa. Es un lugar muy tranquilo, donde no hay playas". Allí tuvo que aterrizar Mijatovic en un avión privado, los únicos que pueden tomar tierra en la isla.

Primeros planes.

Muy pronto se pusieron manos a la obra. Lo primero, diseñar la plantilla. Aunque se habla de seis o siete refuerzos, Capello se conformaría con cinco. El entrenador sabe bien cómo los quiere. "Vamos a fichar hombres, jugadores que no se sientan intimidados por la camiseta. Eso es importante. Hay futbolistas que destacan en otros clubes menores y luego dan el salto y no terminan de funcionar".

En ese perfil encajan, por supuesto, los juventinos Cannavaro, Zambrotta y Emerson. El entrenador no oculta su debilidad por el capitán de Italia: "Es muy serio y se comporta como un líder. Su edad (31 años) no es ningún problema porque se cuida al máximo. No es muy alto (1,76), pero tiene un salto impresionante y una gran colocación. Estoy absolutamente convencido de que él debería haber sido nombrado el mejor futbolista del Mundial de Alemania".

Emerson será otro jugador clave. "Todavía es joven (29 años) y si no ha destacado durante el Mundial en la selección brasileña tal vez sea porque allí no están acostumbrados a un futbolista que corre tanto".

Sobre Cesc, llamado a ser quien aporte la imaginación en el centro del campo del Madrid que viene, Capello se limita a señalar: "Es muy buen jugador, veremos...". Y sonríe. En esa negociación con el Arsenal lo más probable es que entre el brasileño Julio Baptista.

"Tenemos que hacer un trabajo mental, físico y táctico. Y hemos de hacerlo de forma escalonada, ya que los jugadores se irán incorporando progresivamente a la concentración en Austria. Todos tendrán 25 días de vacaciones. Desde luego, no será una tarea fácil".

Durante la estancia en Austria, el Madrid jugará contra el Plymouth (Segunda División inglesa), Fulham (Premier League) y otros dos equipos por determinar. Luego, en Estados Unidos se disputarán dos encuentros (uno en Salt Lake City y otro, quizá, en Washington). Durante esas semanas, Capello hará una detallada valoración de la plantilla y decidirá los jugadores con los que cuenta y con los que no.

¿Contará con Ronaldo? "A Ronaldo le avalan los números, los goles que marca cada temporada. Eso es indiscutible. Recuerdo que cuando llegué a la Juventus me dijeron que había que vender a Trezeguet. ¿Por qué?, pregunté. ¿Para fichar a un futbolista que no asegura sus goles y que podría tener problemas de adaptación? Eso no tiene sentido".

"Hay que contar con un delantero que garantice goles y hay que tener otro con experiencia que pueda suplirle". Aunque no lo confirma, Capello apuesta por el holandés Van Nistelrooy como complemento de Ronaldo.

El peso.

"¿Que si Ronaldo está gordo? ¿Que si lo está Cassano? No lo sé porque todavía no he estado con ellos. En cuanto lleguen les pesaremos. Sólo puedo decir que la televisión engorda y que uno de mis ayudantes ya ha hablado con Cassano para advertirle de que lo quiere en forma...", bromea Capello, que está convencido de que puede sacar el máximo rendimiento de ambos. "Sí, el Madrid tiene una gran plantilla".

La experiencia de los futbolistas es esencial para un entrenador que es consciente de que se le exigen títulos desde esta misma temporada. "No podemos permitirnos otros tres años sin ganar nada, ¡me echarían antes de que eso volviera a ocurrir!".

El técnico es ambicioso, aunque prefiere no definir sus objetivos. "Más allá de plantearnos un objetivo concreto, la Liga o la Champions, nuestra misión principal durante esta campaña es ser protagonistas".

En ese empeño por recuperar el primer plano, Capello se defiende de quienes acusan a sus equipos de jugar un fútbol aburrido y resultadista. "Hay quienes piensan que yo soy un entrenador defensivo, pero tal vez lo piensen porque a mis equipos les meten pocos goles. En 1996 jugábamos con tres puntas: Raúl, Suker y Mijatovic. Y además estaban Víctor, Seedorf, Fernando Redondo... Ese no era un equipo precisamente defensivo. Yo siempre he jugado con tres puntas en todos los equipos que he entrenado y lo seguiré haciendo".

Esto no quiere decir, sin embargo, que Capello no vaya a fortificar la plantilla. "Los problemas que ha tenido el Madrid en los últimos años siempre se han localizado en la parte de atrás. Cuando el equipo tenía el balón lo tocaba de maravilla, con elegancia. Sin embargo, los problemas eran muchos cuando había que defender los ataques del contrario".

El técnico sabe de lo que habla. Desde que se fue, ha seguido al Madrid por televisión y en los pocos días que lleva en la capital ya se ha puesto al tanto de la situación anímica de la plantilla.

Fabio Capello será el jefe máximo del equipo, pero necesita una prolongación en el campo y en el vestuario. En 1996 ese papel lo desempeñaron con éxito Fernando Redondo y Fernando Hierro. En esta temporada, sobre el césped, no le faltarán los jugadores de carácter. Cannavaro y Emerson, dos de los nuevos, tienen una personalidad muy fuerte y conocen bien al entrenador. Sin embargo, en el vestuario Raúl podría ser el jugador más influyente. "Por supuesto que podría hacerlo. Tengo mucha confianza en él y me gustaría que fuera el líder del vestuario. Sólo tiene 29 años y está claro que puede volver a ser un jugador determinante para nosotros. Que no lo entierre nadie".

"Nosotros" es una palabra que repite con insistencia Capello cada vez que se refiere al equipo y es un detalle que da muestras de su absoluta implicación. No obstante, para hacer grupo apuesta más por la persuasión del trabajo que por la seducción de las palabras. "Cuando hablo con la plantilla me dirijo siempre a todos los futbolistas. Sólo en casos aislados converso individualmente con los jugadores. Pero no soy de mucho hablar. Prefiero actuar. En los entrenamientos sí habrá preparación individual, por líneas y de sistemas generales".

Capello recuperará las concentraciones previas a los partidos y el gesto se le endurece cuando nuestro compañero Óscar Ribot le comenta que Roberto Carlos ha dicho recientemente que la mejor medida que tomó el club fue suspenderlas. Tal vez Roberto Carlos no tenga que sufrirlas este año, al menos en el Madrid.

En esas concentraciones habrá también sesiones de vídeo. "Los días antes de los partidos veremos a nuestro rival, eso sí, no más de media hora para que los jugadores no se aburran. Si el encuentro es por la noche, analizaremos por la mañana a nuestro adversario. Cuando tengamos cosas que arreglar sobre nuestro propio juego también utilizaremos el vídeo para corregirlas".

Respecto a la buena convivencia del grupo, el entrenador no es partidario de forzar nada. "Hace diez años los jugadores cenaban juntos una vez por semana, pero porque así lo decidieron. Si vuelve a ocurrir debe salir de ellos mismos".

Por último, Capello se llevará a ocho canteranos a la concentración en Austria, pero no es muy optimista sobre la situación actual de la cantera. "Me han dicho que hay un par de futbolistas que pueden servir, pero muchos de los jugadores de la cantera tienen ya demasiados años para jugar en el Castilla. Maldini y Raúl ya jugaban en el primer equipo con 17 años...".