Inglaterra ya está en cuartos con la sensación de que le queda tanto por mejorar, que le hace falta tiempo para corregirlo. Los pross se han clasificado con errores defensivos, sin una idea clara de cómo quiere jugar y parcheando la alineación. Tuvo que ser Beckham, silbado ayer al salir al campo y centro de las iras de un sector de la prensa inglesa, quien rescatara a Inglaterra: un magistral lanzamiento de falta fue suficiente para batir a un Ecuador sin pólvora.
Hasta el gol, los dos equipos jugaron como si les hubieran dicho que el partido iba a durar dos horas. Sin ritmo, a la espera de que algo cayera del cielo plomizo de Stuttgart. La humedad y el calor hicieron más pesadas las piernas incluso de los ecuatorianos, que deberían estar acostumbrados.
Eriksson volvió a fallar en su planteamiento: si se juega con cinco centrocampistas, es normal contar con un ariete que aguante el balón, que sepa pasar, que vea puerta, pero que trabaje para los mediocentros ofensivos. Rooney puede hacer dos de esas cuatro cosas. Y si acaba de salir de una lesión, sólo una y media. El sueco selecciona con las obligaciones tácticas en una mano y el deseo de complacer a todos en otra. Crouch saliendo de inicio y Rooney de revulsivo hubiera sido una posibilidad lógica: pero, ¿qué hubiera pensado la prensa? ¿Y Rooney? ¿Y sus compañeros? Todos los entrenadores tienen que pagar peaje, pero el sueco muchos más de los que debería. La inglesa es una selección influenciable. Los jugadores tienen Sky Sports y BBC en sus hoteles. Han oído a Shearer y otros ex jugadores criticar el abuso que hacían del pelotazo largo. Ayer intentaron tocar, pero los centrocampistas ingleses no acostumbran al pase corto. Un tiro a puerta fue el bagaje de la primera parte y una ocasión de Rooney, el de la segunda. Así, con dudas y con el espejismo de fútbol cuando intervenía Rooney, jugó Inglaterra.
Ave Fénix. Luego está lo de Beckham. Pese al runrún de protestas de la prensa y de algunos internacionales ingleses, el sueco no quiere que se le enfade nadie y le hace jugar siempre, entre otras cosas, por su valor a balón parado, que ayer volvió a demostrar. Y es que Beckham se alimenta de críticas y suele surgir de sus cenizas. Ayer lo hizo de nuevo. Falta en el vértice izquierdo del área, golpea el poste y gol.
A todo esto, Ecuador, bien colocado, cuando recuperaba el balón mezclaba la siesta con el balonazo arriba. En una de esas, Delgado cabeceó atrás y Terry, que está realizando un Mundial pésimo, despejó también hacia su portero al quedarse corto en el salto. Tenorio, sólo delante de Robinson, pudo ser héroe nacional para el resto de sus días, pero Ashley Cole, llegando desde atrás, tocó lo suficiente para desviar al larguero. Al final ésa fue la diferencia, la pierna derecha de Beckham y no la de Carlos Tenorio.
