Un milagro necesitaba Trinidad y Tobago para pasar a la siguiente ronda. Victoria en su partido ante Paraguay. Derrota de Suecia ante Inglaterra. Esto les empataría a 4 puntos con los suecos, por tanto dependería de la diferencia de goles. +1 para Suecia, -2 para Trinidad. Difícil muy difícil. Incluso posibilidad para que el pase se tuviera que decidir por sorteo. Estas cosas pasan en las últimas jornadas de los grupos. Nos gusta hacer cálculos.
Pero Beenhakker, técnico de la selección caribeña, no quería ni oír hablar del otro partido. Ya sería todo un logro la victoria ante Paraguay. La carambola de la clasificación es algo que no dependía de ellos.
Trinidad puso empeño en los primeros minutos de encuentro. Creo varias ocasiones, una de Yorke, otra de Whitley y parecía que era el único equipo que quería jugar al fútbol. Los paraguayos, como siempre, defensa sólida y encomendarse a lo que pudiesen pescar sus dos estrellas Valdez y Santa Cruz. Años y años llevan jugando así. De esta forma eliminaron a España en el Mundial de Francia. Todos este tiempo funcionó bien pero los goles de Gamarra en propia puerta ante Inglaterra y Ljungberg en el último minuto les había dejado sin opciones.
En una acción aislada, el central trinitense Sancho cabeceó a su portería una falta lanzada por Paraguay. 1 a 0, jarro de agua fría. Las pocas esperanzas de la selección caribeña se habían esfumado. A partir de ahí y hasta el descanso Paraguay pudo ampliar el marcador pero un gol anulado y alguna buena intervención del portero Jack hizo que el partido no se quedara sentenciado.
Aburrida segunda parte
El partido no pudo ser peor en la segunda mitad. Trinidad quería pero no podía. Paraguay peor, porque ni quería ni podía. Fueron pasando los minutos sin ocasiones de mención y esperando a que el colegiado pusiera punto y final al partido y a la participación de las dos selecciones en el campeonato. Cuevas ('85) marcó el segundo cuando su rival no podía más.
Fenomenal sin embargo, la afición trinitense que tras aceptar que el milagro no se iba a producir siguió cantando, disfrutando y animando a sus jugadores como si su equipo estuviera disputando la final. Y es que el verdadero milagro fue la clasificación para el Mundial.
Paraguay se va de este Mundial con una victoria que no les sirve de mucho. El gol de Ljungberg en el segundo partido acabó con sus opciones. Es lo que suele pasar cuando juegas al 0 a 0. Ese gol del sueco fue lo que le faltó a España en el Mundial de Francia. Despedida para muchos jugadores que no volverán a la selección, Gamarra y Caniza entre otros.
De Trinidad nos quedamos con las ganas de sus jugadores en su primer Mundial, su colorida afición que se ha desplazado en masa hasta Alemania siendo el país con menor número de habitantes de los participantes y aquel empate ante Suecia con el que consiguieron su único punto. Todo un logro.
