España se trabaja la ilusión

Mundial 2006, Grupo H, 2ª j. | España 3 - Túnez 1

España se trabaja la ilusión

España se trabaja la ilusión

REUTERS

España remontó con goles de Raúl y Torres (2), quizás los dos jugadores que más cariño necesitaban para reencontrarse. Cesc animó el cotarro, en una sustitución por Senna que cambió el destino de la Selección ante Túnez

¿Sería un plan preconcebido? Una treta urdida al estilo de El péndulo de Foucault (bueno, seamos más comerciales, El código Da Vinci). Es decir, evitar ser primeros de grupo y jugar como segundos por una zona del cuadro mucho más despejada para llegar a la final. Y es que si queda algo de lógica nos tocaría Francia en octavos. Y Brasil en cuartos.

Teorías indemostrables al margen, y concebidas desde la ironía del que esto escribe, España no defraudó en cuanto a su fútbol en el primer tiempo, pero nada hubo de la rabia, de la suerte, de la comunión del 4-0 a Ucrania.

España empezó bien. Porque es un buen equipo y se queda la pelota para sobarla y sobarla hasta que aburre al contrario y encuentra una vía de penetración. Todo correcto, incluso con un gol...pe de vista de Villa a los 5 minutos. Pero Túnez la lió a continuación, en una rápida contra con la habilidad de Jaziri para deshacerse de la pata negra nacional, los centrales, Puyol y Pablo. Su pase lo enganchó fenomenal Mnari, Casillas tuvo su cuota de ángel al salvarlo a la primera, aunque ya no a la segunda.

El gol no cambió el estado de la nación. ¡A por ellos! Y a eso se puso la roja. Cabezazo de Torres, susto de Jaziri (bien Casillas, Zubi habría hecho penalti), frentazo desviado de Sergio Ramos (va para Beckenbauer), y empujón en el área de Trabelsi a Torres. Se pudo haber enrollado al amigo son Simón, el árbitro brasileño, aunque no pitó un penalti bastante más claro que el pitado ante Ucrania.

Seguía la selección mandando, dominando, cercando. Y Túnez resistiendo con el cuchillo entre los dientes y los tacos afilados. Amarillas a Ayari (casi retira a Luis García como antes Puyol a Trabelsi) a Trabelsi, zapatazo de Xabi Alonso y aguacero. Con España llegó la lluvia al Mundial. Uno recuerda la que cayó en un Holanda-Argentina (4-0) del 74.

El primer tiempo acabó con Raúl y Cesc en la banda y Torres poniendo a prueba a Boumnijel, infame hasta que metió ese puño salvador. Hubo más. Casi el empate. Xabi Alonso iba a marcar con la testa pero sacó el balón Ayari.

Raúl, Cesc y Joaquín

Raúl por Luis García y Cesc por Senna. Así salió España a remontar. Cesc, a los 3 minutos, ya había catado al meta tunecino. Los 20.000 españoles vibraban en la grada, pese al deprimente marcador ante semejante rival, espeso, sin tradición (bueno, un 3-1 a México en Argentina 78), 'amarrategui' y alucinado con su victoria momentánea.

Más novedades. Joaquín por Villa. Madera para la banda diestra, que Sergio Ramos no puede siempre solo con ella.

La presión existía, cada vez más asfixiante, y Roger Lemerre (campeón de la Eurocopa con Francia en el 2000, aunque fracasado seleccionador en el 2002 -ni un gol en tres partidos-) sacó más perros de presa. Cada uno en su papel. Creatividad contra destrucción. El eterno debate del juego del fútbol debido a los vaivenes del marcador, el dios supremo del invento.

La recta final rescató la autoestima de España y la de uno de sus líderes espirituales, el denostado Raúl. En ausencia del gol de Torres, lo metió Raúl, tras dejar pasar el atlético y rematar abajo, duro, Cesc. El rechace lo rebañó el máximo goleador de la historia de la Selección. Que para algo sirve el pasado.

Tras el 1-1, el acoso aumentó para ganar. Estaba escrito en la mirada de los jugadores. Cesc casi anota a los 75 y, por fin, Torres volvió a triunfar. El canterano del Barça que juega en el Arsenal, para desgracia de la Liga de los Ases, se sacó un pase de chistera y 'el niño' definió con estilo para callar muchas bocas. Eso sí, no remató la cuestión en el 89 con uno mano a mano ante el portero, aunque sí en el penalti que se trabajó. Lo agarraron y lo transformó. Este 'niño' ya vale 50 millones de euros. Es el máximo goleador del Mundial tras la segunda jornada.

España ya está en octavos. Misión cumplida. Los humos, eso sí, no están tan altos. Un 3-1 en el fondo agónico lo incluye en el grupo de grandes que han sufrido. Como Inglaterra, Holanda o Brasil, por ejemplo. Pero esas comparaciones son admirables.