El entrenador de la selección alemana, Jurgen Klinsmann, se mostró hoy confiado en las posibilidades de la "Mannschaft" de llegar lejos en el Mundial y aseguró: "no debemos tener miedo a nadie".

El entrenador alemán aseguró que no tiene pesadillas con el Mundial, que está muy motivado y que duerme bien porque "la presión está repartida entre muchos hombros y cada uno sabe exactamente cual es su tarea en nuestro proyecto". "Lo lejos que lleguemos (en el Mundial), lleva detrás un gran signo de interrogación", dijo en una entrevista con el dominical "Welt am Sonntag". Klinsmann calificó de "patriotismo positivo" la ola de patriotismo inusitado que se ha desatado con el Mundial en Alemania, un país que, 60 años después de la derrota nazi y cuando están a punto de cumplirse 16 años de la reunificación alemana, expresa con cierta timidez sus pasiones nacionales.

"No considero mal estar orgulloso (de su país) y tener una identificación conjunta", añadió, en referencia al hecho de que sus compatriotas luzcan con orgullo por las calles los colores de la bandera alemana. Klinsmann dejó abierto su futuro como entrenador de la selección alemana después del Mundial. "Voy a ver en este Mundial como marcha todo. Después me voy a retirar a deliberar y decidir con mi mujer y mi familia si continúo", aseguró Klinsmann, quien cuando era jugador ganó en 1990 ganó el Mundial y en 1996 el Campeonato Europeo de la UEFA.

Su continuidad o no al frente de la selección alemana depende de los éxitos deportivos: "Que el puesto de entrenador dure dos o cuatro años depende siempre de los éxitos deportivos", añadió en la entrevista. En caso de que decida no seguir en el puesto, Klinsmann considera que su asesor técnico Joachim Loew sería un buen sucesor. Tras ganar a Costa Rica y Polonia, Alemania está clasificada para octavos, donde probablemente se enfrentará a Inglaterra o Suecia. Pero antes deberá el próximo martes luchar contra Ecuador para ver quien de los dos equipos es el líder del grupo A.