Wenger: Experto en descubrir jóvenes talentos

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Wenger: Experto en descubrir jóvenes talentos

Wenger: Experto en descubrir jóvenes talentos

Arsène Wenger no es un genio pero sí tiene un talento especial: su ojo futbolístico le permite descubrir jóvenes con potencial, asistentes que entienden de esto, un estilo de juego que funciona. No es de los que provocan virajes inesperados y prefiere ir paso a paso. A sus acompañantes de viaje sólo les pide lo mismo que ofrece: lealtad. De sus colaboradores se fía completamente. Cuando Francis Cagigao, su ojeador en España, le dijo que Cesc estaba para el primer equipo, Wenger, que no le había visto en vivo, lo puso entrenando al lado de Vieira y Henry. Con los años ha ganado en compostura, pero hubo un tiempo en que las derrotas le enfermaban. Así, en una ocasión, tras perder con el Nancy pidió al autocar que se parara a la salida del estadio para vomitar. El francés habla otros cinco idiomas (italiano, español, inglés, alemán y portugués) pero su truco ante la plantilla consiste en decir lo menos posible. Antes de un partido nunca habla más de cinco minutos. A la media parte de la goleada ante el Inter en San Siro, Wenger sólo dijo una cosa: "La espalda de Zanetti". Y por ahí atacó el equipo. Entiende que sus decisiones, una vez tomadas, no tienen vuelta de hoja. Puso a Flamini de lateral izquierdo, una idea que le vino de repente y sobre la que el medio dudó (pensó que se había equivocado de jugador): Wenger le dijo en un par de ocasiones que era el lateral ideal y Flamini acabó creyéndoselo.