"Después de un gol ya pienso en el siguiente"

Thierry Henry

"Después de un gol ya pienso en el siguiente"

"Después de un gol ya pienso en el siguiente"

reuters

Henry vive el fútbol con una pasión que no siempre conduce al éxito. Ahora busca su primera Champions.

Usted ha participado en todas las finales posibles excepto en la de la liga de campeones. ¿Cómo se siente?

Siempre envidié a Clarence Seedorf porque parece que haya jugado en todas las finales de la champions o casi. Para mí es como si tuviera la posibilidad de ganar mi primer título. Para el resto de la plantilla es igual: ninguno hemos estado aquí antes.

Usted creció cerca del estadio donde se jugará el miércoles. ¿Le sirve ese dato para echar la vista atrás?

Siempre se me pregunta por qué tengo la cara de mala leche en el campo. Y todo viene de mi barrio y de mi padre: mis ganas, mi compromiso con este deporte, mi fuerza mental. Me enseñaron a no estar nunca satisfecho: por eso después de un buen gol ya pienso en el siguiente. Todo eso lo aprendí de él y lo apliqué antes en las calles de París donde crecí y después como profesional.

Se dice que tiene la elegancia de un bailarín de salón, pero la eficacia de un matón barriobajero.

Soy lo que soy porque pasaba todo el día en la calle, lo mismo que Sol Campbell y Ashley Cole que son del modesto este de Londres. Y eso se nota. Yo soy del sur de París, de Les Ulis, lleno de emigrantes. Era y es un ghetto de edificios grises y desempleo. Los que hemos estado ahí nos da la impresión de que nos pasamos la vida huyendo de lo que fuimos, de lo mal que lo pasamos y siempre llevamos la rabia encima.

¿A qué se refiere?

La gente tiene miedo de la furia de otros, incluso de la de uno mismo. Yo estoy convencido de que ese sentimiento puede llevarte lejos si lo diriges con inteligencia. ¿Ves como juega Rooney, sus ojos cuando está en el campo? Eso es rabia bien dirigida. Sin esa cólera que llevo dentro, pero que centro en mi fútbol, en mejorar, en ganar, sin esa furia no sería el mismo.

Se le ha visto enfadado incluso en buenos partidos.

Sé cuando lo hago bien o mal, y soy muy exigente conmigo mismo. Pero en lugar de llegar a casa y gritar a mi novia, prefiero llevar esa sensación encima para descargarla en el próximo partido. Todo eso viene de la infancia complicada que pasamos la mayoría de los que nacemos en Les Ulis.

Usted se lleva la furia al campo, Ronaldinho la sonrisa.

¿Sabes que te digo? Que me da que su sonrisa esconde también mucha cólera. Le veo jugar y sé que es un jugador de la calle, pero que maneja sus frustraciones de otro modo al mío. Michael Jordan tampoco sonreía y eso no le impidió ser el mejor del mundo. Ese es mi objetivo también y lo haré a mi manera.

Espero que fuera del campo sea usted una persona un poco más relajada.

Me tienes que ver jugando dos contra dos, con mi padre y mi hermano en el otro bando. Si pierdo, les doy de patadas y no les hablo durante horas. Mira, soy feliz, la verdad. Pero nunca estaré del todo satisfecho: veo que algunos jugadores se sienten satisfechos con lo que han hecho mucho antes de acabar sus carreras y así nunca progresan.

¿Hay alguna cosa que le haga perder los papeles?

Sé controlarme pero hay cosas que me hacen saltar. Si veo a alguien que no respeta el juego, me lo comería. Si escucho a alguien por la televisión hablar del fútbol sin conocimiento, si dice chorradas, lo mataría.

¿Irá su familia al estadio?

Los más cercanos, sí.

¿Espera a un Barça con respeto por Henry?

No me imagino al Barcelona cambiando su estilo, como nosotros no cambiaremos el nuestro. No he sido capaz de ver debilidades en el juego del Barça, pero nosotros tenemos armas para ponerles en aprietos. Tienen una defensa, centro del campo, ataque y hasta banquillo muy fuerte. Pero nunca, nunca se sabe.

¿Qué final se imagina?

Se decía que iban a ser semifinales de goles, pero no se vieron muchos. En teoría, hay suficientes jugadores para que sea un gran partido, pero lo único que me importa es alzar el título.