Pedja Mijatovic está igual que lo recuerdas: litros de gomina, perilla recortada y bigote milimétrico. Sigue pareciendo joven porque lo es (37 años) y continúa hablando con el volumen bajo, lo que nos permite concluir que nosotros gritamos. Es educado, de aspecto refinado, muy hidratado, y estoy por asegurar que todos sus aderezos lucen, si los buscas, logotipo ilustre, de emporio con alas.

Mijatovic, que vive con un gol en los ojos como otros lo hacen con un lunar en la nariz, visitó el Foro Ferrándiz-AS para recordar su hazaña, esa que valió la Séptima Copa de Europa del Real Madrid, el inicio de la reconquista. De público, históricos madridistas como Vicente del Bosque o Lorenzo Sanz. Junto a ellos, los alumnos del colegio Raimundo Lurio, muchachos que ayer empezaron a entender los gritos que escucharon aquella tarde.

Pedja todavía se emociona. "Disfrutábamos de un compañerismo impresionante. Dicen que la Séptima fue de Mijatovic, pero la verdad es que fue de todos nosotros y también del madridismo entero. Quienes han vivido otros títulos me aseguran que la celebración de aquella Copa no se vivió con ninguna otra".

Todo lo que sucedió ese 20 de mayo de 1998 tiene un aire épico, de relato que se podría contar mil veces sin que perdiera intensidad. "Dos días antes del partido sufrí molestias en un gemelo, una contractura que estaba muy cerca de ser rotura. Pedro Chueca me dio masajes, pinchazos e hicimos todo lo posible por estar a punto. En el último entrenamiento aparecí con medias largas para esconder la venda y expliqué que era por una superstición. El Madrid ya tenía demasiados líos como para permitirnos otro. Apenas dormí esa noche, aterrado con la posibilidad de que me tuvieran que sustituir a los diez minutos de mi primera final Pero ayudaron todos, me hicieron ver que yo podía ser fundamental para ganar la Copa de Europa. Era extraño, había jugado todos los partidos del torneo y no había marcado un solo gol, así que tenía que ser en la final, me tocaba. Horas antes, en la comida, Fernando Sanz me dijo que tenía la intuición de que ganaríamos 1-0 y marcaría yo. Y acertó. Por eso le dediqué el gol". No ha terminado de hablar cuando le pasan un teléfono a Pedja, es Fernando Sanz, se ríe.

El técnico.

El entrenador de aquel Real Madrid era Jupp Heynckes, que abandonó tras conquistar el título. Lo explica Lorenzo Sanz, entonces presidente: "Recuerdo que me vino a ver durante la temporada y me reconoció que no podía con la plantilla. Una semana antes de la final le pregunté cómo estaba y me dijo: 'Hundido". No podía seguir así.

Mijatovic admite que cuando las cosas empezaron a ir mal en la Liga, los futbolistas decidieron reunirse con el entrenador para tomar las decisiones. ¿Los jugadores que mandaban?: "Hierro, Sanchís, Redondo, Raúl y yo".

Se decía en aquella época que Pedja y Suker le pasaban pocos balones a Raúl. "Sé que Raúl llegó a quejarse a Capello de que nosotros nos pasábamos más, pero lo que ocurría es que nos conocíamos desde pequeños. Nunca he tenido preferencias y a Raúl le he dado muchas asistencias".

Un año después de ganar la Copa, Mijatovic abandonó el Madrid para fichar por la Fiorentina: "Fue la peor decisión de mi vida". Atrás quedó su gol histórico, su polémica contratación y el enfado del Valencia, que aún dura. "Estaba contento en Valencia y tuve la suerte de jugar bien desde el primer momento, pero quería títulos. Tenía varias propuestas, entre ellas la del Barcelona, pero mi cláusula era imposible (1.426 millones de pesetas). Hasta que un día recibí una llamada telefónica: '¿Quieres jugar en el Madrid?', me preguntaron. Yo respondí: '¿Pero sabéis cuál es mi cláusula de rescisión? Y me contestaron: 'Ese no es tu problema'. En el Madrid gané una Liga, una Copa de Europa y una Intercontinental".

Ahora.

Quien es mito es también voz autorizada para hablar de la actualidad del Madrid, elecciones, candidatos y renovación de la plantilla. "Ningún candidato se ha puesto en contacto conmigo. Además, tengo licencia de representante de futbolistas y eso me obligaría a renunciar. Sobre los candidatos, hay que esperar a ver quién se presenta. La situación es bastante complicada porque un equipo como el Madrid no puede estar tres años sin ganar nada".

"Las elecciones llegan en un momento difícil, porque los equipos importantes ya tienen su estrategia preparada. En mi opinión, un club que quiere títulos debe empezar a moverse en noviembre. Los grandes futbolistas quieren saber pronto cuál será su futuro. No digo que sea imposible fichar bien, pero sí difícil. Yo preferiría perder un año más pero empezar desde el principio, dejar un plazo de tres o cuatro años al nuevo entrenador. Más que fichar hay que pensar a quién hay que dejar marchar. Y para pensar en cómo deben salir los jugadores se deben reunir el presidente y el director deportivo, aunque últimamente no había buena comunicación entre la directiva y el staff técnico".