No hay marcha atrás: el caso de las escuchas telefónicas ha destruido a la Juventus, y eso que aún no hay condenas judiciales de por medio. Ayer, el Consejo de Administración del club presentó en pleno su dimisión, dejando al club huérfano de rumbo hasta que los accionistas decidan su futuro: será entre el 28 y el 29 de junio.
Por supuesto, el propio Moggi junto con Antonio Giraudo (administrador delegado del club y también salpicado por el escándalo), tomaron las de Villadiego. Lo mismo hicieron Franzo Grande Stevens (presidente), Roberto Bettega (vicepresidente), Carlo Sant'Albano, Jean Claude Blanc, Stefano Bertola, Giancarlo Cerutti, Luigi Chiappero, Andrea Pininfarina, Fabrizio Prete y Claudio Saracco, el resto de miembros del Consejo de Administración.
Con la dimisión de Moggi y Giraudo se pone fin a un periodo glorioso de la Vecchia Signora: han sido (casi) siete los Scudetti conquistados desde que aterrizaron en el club por petición expresa de Umberto Agnelli en 1994.
Por otro lado, y según publicó ayer Il Giornale, las Fiscalías de Nápoles, Parma y Turín han abierto una investigación sobre cuatro futbolistas de la Juve implicados en un escándalo de apuestas ilegales que ha movido "cientos de millones de euros". Los cuatro utilizaban a un futbolista italiano que juega en el extranjero para hacer las apuestas sin levantar sospechas.
Nucini, el primer árbitro que da la cara
Danilo Nucini ha sido el primer árbitro en confirmar los favores arbitrales a la Juventus. Lo hizo a través de las páginas del seminario L'Espresso: "El 14 de enero de 2001 arbitré un Juventus-Bolonia y a nueve minutos del final señalé un penalti contra la Juve por manos de Iuliano. Dos días después, el designador Pairetto me dijo si no eres amigo de mis amigos eres un enemigo y tomó la decisión de suspenderme por cuatro jornadas". La cosa funcionaba así".
